PREÁMBULO
Mi amigo y colega Hassan El Ahmar me pidió un comentario a su poema El llanto por Larache y cómo
no acceder a ello cuando esta ciudad representa tanto para mí, mi remanso de adolescencia. He aquí
pues, ab ovo, el marco teórico sucinto (sin citar teorías) que regirá este estudio. El texto poético es
aquel que se propone transmitir emociones y sentimientos, respetando ciertos criterios de estilo. Se
destaca del narrativo (según la tipología textual) por la inclusión de elementos simbólicos y de
imágenes literarias. Pero estas definiciones no me satisfacen personalmente, a fortiori porque el texto
en prosa contiene también todos los criterios citados y porque para mí cualquier texto, verbal, no
verbal u oral, sustenta a nivel actancial la misma historia: inicio de un tema, su transformación y su
desenlace. Todos los textos se confeccionan mediante signos (verbales o no) que la gramática instituye
y organiza para dar sentido. El matiz radica ad lítteram en que la poesía debe su especificidad a un
metalenguaje coercitivo sutil que utiliza: uso primordial de los tropos, métrica, musicalidad y brevedad
del verso, todo ello para transmitir emociones puras. Por eso creo que leer y analizar poesía es como
tratar de descifrar un idioma perdido y antiguo, un enigma. Así, el lector debe decodificar el mensaje
para alcanzar el sentido. La pista que el texto ofrece es el significado literal que orienta al sentido
literario final, a la resolución del misterio, a posteriori. Lo ideal hubiese sido presentar un análisis
greimasiano, siendo el poema Ipso facto un texto estratificado, pero por falta de espacio me limitaré
sucintamente a dos propuestas compatibles e interrelacionadas: la de R. Jakobson para quién en el
poema predomina la función poética (ars gratia artis o mensaje por el mensaje) sobre las demás
funciones del lenguaje, mediante los tropos y los recursos fónico-sintácticos donde los ejes de
selección y de combinación interactúan para crear formas lingüísticas marcadas; y la de L. Hjelmslev
para quien, tras Saussure, la esencia del lenguaje consiste en un sistema de correspondencias entre
sonido y significad donde el análisis del lenguaje implica describir cada uno de estos dos planos y sus
interconexiones.
I. ASPECTOS FORMALES
1- EL CONTENIDO DE LA FORMA
En lingüística contenido y forma son categorías que reflejan la interconexión dialéctica de dos aspectos
esenciales del texto en calidad de conjunto ordenado de un modo determinado de los elementos y
procesos que conforman el significado (contenido) y la modalidad de expresión de tal conjunto en
significante en sus diversas modificaciones (forma).
La dicotomía saussureana de significante/significado es llamada por Hjemslev expresión/contenido.
Cada uno de estos planos, en una determinada lengua, tiene su propia estructura. En el plano de la
expresión la estructura es una secuencia de segmentos, mientras que en el plano del contenido es una
combinación de unidades componenciales más pequeñas.
En El llanto por Larache, el pronombre personal, por ejemplo y como lo veremos, modifica el ritmo en el
verso y da relieve a las diferentes funciones expresadas además de la poética, como lo son la función
referencial (centrada en la tercera persona), la función conativa (centrada en segunda persona, bien
para suplicar o exhortar, según que la primera se subordine a la segunda o viceversa) y la función
emotiva (fundamentalmente lírica, orientada a la primera persona).
A continuación expondré tres niveles de lectura del poema.