lunes, 22 de diciembre de 2014

Cronos y Poietiké.




CRONOS Y POIETIKÉ




Mi enhorabuena a Rafael Guillén, por recoger el prestigioso Premio Internacional de Poesía García Lorca.

En esta comunicación comentaré una de las observaciones que emitió el jurado al distinguir los rasgos de la obra del poeta granadino:

               "Una obra poética que camina hacia la intemporalidad 
          y se enfrenta a la cotidianidad con la palabra como única arma".

En esta cita,  "Cronos y Poietiké" parecen mantener una relación dialéctica.
Veamos si la definición de ambos términos nos lo muestra claramente.

. En la mitología griega, Cronos (en griego "antiguo", dios del tiempo= cronología) era el principal de la primera generación de titanes, descendientes divinos de Gea (la tierra) y Urano, (el cielo). Cronos derrocó a su padre y gobernó durante la mitológica edad dorada. Se le solía representar con una hoz o guadaña que usó como arma para destronar y castrar a su padre y a todos sus oponentes. Luego devoró a sus propios hijos y a todos los mortales. De allí que el tiempo lo devora todo y no deja nada fijo ni eterno.  En arte, el sema "cronos" desarrolla una infinidad de sentidos derivados como "duración, relatividad, temporalidad, aquí, ahora, ayer, antes, después, aceleración, distorsión; huir, transcurrir, morir, perpetuar, actuar, fabricar, destruir, engendrar... 

. De la complicada definición de la poesía mantengo los rasgos comunes a Cronos: 'acción, fabricación; composición. Acción en el sentido de 'hacer, fabricar; engendrar, dar a luz; causar'. Es lo que permite expresar la manifestación del sentimiento estético (bello o macabro) por medio de la palabra, en verso o en prosa. La poesía es pues poliédrica como el tiempo. Ambos términos se superponen y “copulan” en un vals interminable. Cuando es moderna la poesía expresa lo nuevo, lo momentáneo, lo efímero, lo aquí y ahora, el instante y la instantaneidad. Cuando es atemporal, expresa lo universal y trascendental, lo que siempre fue o no será nunca. 
Poesía y tiempo son las dos caras de la moneda. Tiempo-espacio. Jano. 

. Ahora bien, ¿Cuál de los dos supera o "destrona" al otro? 

Notamos de entrada que “poesía” es una palabra y los sentimientos que expresa son palabras. Que el tiempo y sus sentidos derivados son palabras. Que sin palabras no habríamos podido definir ningún término anterior. Que todo se hace "posible" únicamente mediante palabras. En efecto, ¿qué son "tiempo", "ser", "mundo", "amar", "morir" sino significantes, palabras que "permiten" expresar lo que representan? O sea, todo es primordialmente lingüístico antes de ser referencial.
De allí que "tiempo" y “poesía” son un enigma existencial para muchos poetas y filósofos porque su definición se enmarca dentro del lenguaje que los expresa, es decir, la palabra que los representa.

 . La poesía es superior al tiempo; tiene ese don de "hacer hacer" cosas al tiempo porque siendo palabra puede llevar la marca de su "tiempo" o sus “tiempos” y ser "atemporal" al expresar sentimientos humanos universales y eternos. La poesía, como todo arte, está hecha de renovaciones perpetuas pues  genios modernos de ayer son los genios ancianos de hoy, y así "sucesivamente". 
Al describir lo permanente (distorsión o detenimiento del tiempo) la poesía hace funcionar la memoria histórica o utópica que expresa la temporalidad en sus diferentes manifestaciones. El poema entonces se enmarca aquí en el instante y muestra la levedad del ser existencial y su devenir metafísico (Heidegger). 

Al expresar la sucesión de los instantes en su inexorable fluir, la poesía hace funcionar la caducidad y la obsolescencia del ser a la deriva en el río heraclitiano. El poema entonces interpreta aquí la ley de los contrarios y de las simultaneidades, lo eterno/efímero, lo mortal/inmortal, amor/odio, vida/muerte, cultura/barbarie…


Conclusión

Cronos sigue devorando sujetos y cosas. Y si algo escapa a esta diabólica máquina asesina es porque la poesía así lo decide. La poesía, siendo palabra, tiene esa capacidad de diluir el tiempo en el espacio, su espacio. El tiempo se diluye pues en poesía y al hacerlo se permuta en múltiples tiempos, conocidos de los filósofos y de los poetas. Así, desafiando el tiempo, la poesía nos permite ser eternos en y por la palabra liberándonos del tiempo mediocre individual/ordinario o social para "instalarnos" en tiempos ahistóricos, espacios sin comienzo ni fin, en los que el Ser reconoce su verdadero destino.
La poesía, en definitiva, es el arte de inventar, mediante palabras, mundos y tiempos. Porque sin palabras (sin poesía) no hay nada o….nada hay…

«Y es que, a veces, el tiempo también pierde su tiempo.
Después sigue fluyendo, ajeno siempre a nuestra condición.
Pero nos deja la desazón de ese pequeño lapso en que fuimos eternos.»
Rafael Guillén
                               Por Ahmed Oubali