MI CONTRIBUCIÓN A LA LMLE



MI CONTRIBUCIÓN A LA
LITERATURA MARROQUÍ
EN LENGUA ESPAÑOLA


Me permito recordar aquí mi modesta pero original contribución a la LMLE: original porque en ella aplico una crítica literaria inmanente a las obras de nuestros escritores (1) e inauguro un género literario nuevo, el género negro (2):


1- ∀⅂ ᗡ∀NZA
DE LOS SIGNOS EN LA
LMLE

NOTA   ACLARATORIA

Este modesto libro reúne algunos de los artículos que publiqué entre 1994 y 2011, primero en el diario La Mañana y luego en Internet. Muchos fueron objeto de conferencias y tertulias. Digo “algunos” porque, para evitar repeticiones metodológicas, descarté los que ostentan el mismo modelo de análisis. Por rigurosidad intelectual evito utilizar el mismo canon metodológico para todos los textos. El texto ha de convocar el modelo analítico acorde y no al revés. El presente estudio consta de cuatro apartados. En el primero abordo de forma inmanente algunas obras de los ocho primeros escritores de la LMLE, a quienes conocí personalmente. En el segundo, reproduzco algunas críticas hechas a mi propia obra. En el siguiente, valoro mi propia escritura y en el último, evoco dos de las entrevistas concedidas.

El libro no alberga ninguna hipó/tesis literaria ni hace alarde de algún saber académico. La crítica literaria ofrece múltiples modelos de análisis y el crítico tiene l’embarras du choix a la hora de elegir uno, porque la mayoría adolece de rigor científico. Por “Danza de signos” me refiero básicamente a una lectura textual inmanente, recreativa, motivada por el placer que esta suscita, por recordar a R. Barthes, y sobre todo por su carácter lúdico, en el sentido que le da Y. Lotman. El placer del texto y la vertiente lúdica de entretenimiento que encierra provienen de la propia estructura lingüística que no ofrece una sola lectura, sino varias, es decir,  con una pluralidad de sentidos que excluyen para siempre el compromiso social que muchos escritos siguen defendiendo:

                El efecto lúdico consiste en que los diferentes significados de un elemento no coexisten inmóviles, sino que titilan. Cada interpretación forma un corte sincrónico separado, pero conserva a la vez el recurso de los significados precedentes y la conciencia de la posibilidad de futuros significados. (Lotman, 1982: 92).

Ambos componentes, el placer textual y el efecto lúdico de la lectura, se enmarcan en la función catártica de la lectura: el lector, además de sentir emociones, participa activamente en la construcción del sentido, compara sus vivencias con las ficciones del relato, rescribe así el texto, proyectando en él sus propios sueños.

La función catártica de la literatura es pues fundamental, cuando no principal, ya que sus demás funciones pertenecen en definitiva a las ciencias sociales. Por lo demás, la literatura, como todas las artes, no pretende cambiar el mundo ni aportar soluciones a nuestras vidas.

La función de los signos lingüísticos consiste en evocar con palabras una realidad "ausente", inexistente o imaginada. La presencia de las palabras muestra la ausencia de las cosas o los hechos, restituidos lingüística o semióticamente. Glosando a Barthes, quien anunció la muerte del autor, diría que quien escribe no existe, ya que sueña, y quien existe, no escribe, ya que está despierto, es decir, vivir no es soñar, y vice versa. Por eso en literatura todo es mentira, afirmación que tengo definida en mi Blog. En una novela todo es simulacro: el avión que vuela, el disparo que mata, el perro que muerde, la mujer infiel, los olores, los ruidos, todo ocurre exactamente como en un sueño. Y la gran paradoja es que esta mentira desempeña un papel fundamental en nuestra vida, ya que nos sirve de catarsis y de válvula de escape a nuestro propio malestar existencial.

Es obvio pues que todo lo que se narra en una novela está hecho con palabras y en papel, como soporte; se trata pues de un universo papélico (sic) cuyas ficciones solo tienen una función: provocar en el lector emociones de todo tipo, tanto a nivel estético como psíquico. Y al crítico le corresponde mostrar (cuando no explicar) cómo son utilizadas esas palabras y a través de que misteriosa estructura o sofisticado sistema lingüístico son elaboradas para lograr dichos efectos. No se trata de buscar algún indicio autobiográfico o extrapolar sentidos del texto, sino desvelar cómo está edificado este. Barthes utiliza la metáfora de la cebolla con sus infinitas capas para explicar la pluralidad de niveles superpuestos que encierra una obra y que él llama "lexías":

                   La lexía útil es aquella en la que no entran más que uno, dos o tres sentidos, superpuestos en el volumen del trozo del texto […] Lo que funda al texto no es una estructura interna, cerrada, contabilizable, sino la desembocadura del texto en otros textos, otros códigos, otros signos: lo que hace al texto es lo intertextual. (Barthes, 1985: 325, 326).

A. J. Greimas piensa lo mismo con el concepto de "isotopías" cuando habla de las múltiples y complejas correlaciones que obran en un texto.  En cuanto a U. Eco, habla de “sistema de sistemas” para define al texto como:

                     Un sistema de sistemas y el modelo determinado funciona precisamente para poner en contacto los distintos planos de la obra, para unificar sistemas de formas con sistemas de significados.  (Eco, 1968: 276).

Con esta aportación pretendo añadir mi grano de arena a las antologías ya existentes sobre la LMLE, muy interesantes, por cierto, aunque reproducen y mastican los mismos temas, en los que, en contraposición a mi propia postura literaria, los críticos privilegian con mucho denuedo aspectos que yo nunca trato, tales como la biografía del autor, sus preocupaciones ideológicas, el entorno extralingüístico de su obra, la comparación de esta con otras producciones, la psicología y el efecto autobiográfico de los personajes, el compromiso político y la responsabilidad social, ambos ostentados por el autor como medios esenciales de testimonio y de denuncia.





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2- EL GÉNERO NEGRO,
EN SU VERTIENTE DE THRILLER PSICOLÓGICO

NOTA   ACLARATORIA


El género negro es un poliedro por abarcar varias facetas del mundo del crimen. 

Incluso en el thriller psicológico se pueden distinguir varias vertientes que grosso modo tratan del psicópata y de la víctima. El estudio de la víctima se llama en derecho "victimología", ciencia que estudia a la víctima en el hecho delictivo (Benjamín Mendelsohn). Me interesa más esta faceta porque, mientras que la actividad criminal del psicópata es episódica, particular e individual (al fin y al cabo este es un canalla que hay que encerrar en un sanatorio), la situación de la víctima es duradera, general y social: la mujer víctima de violencia de género, por ejemplo, y antes de sucumbir a las puñaladas de su verdugo, lleva interminable tiempo sufriendo vejaciones y humillaciones, en el aislamiento, la soledad y la angustia. Pero hay víctimas mucho más desgarradoras que esta pobre mujer y que me interesa describir: las que nacen sin techo ni recursos, las desterradas por guerras u opinión, las inculpadas injustamente, las que, pese a su riqueza, son terriblemente desdichadas... La mayoría de mis personajes pertenecen a este tipo de víctimas, atrapadas en las garras de un azar cruel y un destino ciego que los guía de forma absurda a su pérdida, a su muerte... 


3era edición

VERSIÓN E-BOOK









 

 

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