lunes, 31 de diciembre de 2012

Cómo interpretar una imagen fílmica



Cómo interpretar una imagen fílmica

                                       (Lectura semiótica de Vértigo, de A. Hitchcock).
                                                                                    Por Ahmed Oubali.

I.                    EL CINE COMO CARNAVAL DE SIGNOS

Preámbulo

El filme que vemos es la cara visible del iceberg siendo la cara invisible un espacio de un intenso trabajo complicado y variado donde intervienen múltiples destrezas y numerosas técnicas. El analista, que comparo a un verdadero detective, debe descubrir y explorar ese mundo subterráneo antes de emprender su tarea analítica. Empezar por conocer si el film es una adaptación de una novela o no, leer ésta novela o conocer por lo menos su argumento y compararlo con el guión del film. Proceder luego a "estudiar" las relaciones que se tejen entre el productor, el director, los actores y el equipo técnico. La realización de un film requiere, como se ve, un trabajo colectivo. Durante esta investigación, conviene asimilar el lenguaje técnico que se utiliza en el rodaje, el montaje y la composición estética final. Esta etapa preliminar es imprescindible porque nos hace descubrir todas las facetas necesarias para hacer un buen análisis: la unión de los distintos planos cuya función narrativa y expresiva permite la continuidad y la coherencia del relato, tanto a nivel secuencial como narratológico, y la composición artística cuya función es más simbólica que ornamental porque tiende a mejorar la realización fílmica, afinando los planos mediante la iluminación, el color, el sonido, el decorado y el vestuario.

Interpretar un objeto tan complejo y problemático como lo es el cine implica dos procesos simultáneos: asimilar/dominar el material teórico y metodológico inherente al objeto (que expondré abajo) y detener la visualización del filme para analizarlo con dicho material (que aplicaré a Vértigo).
Conviene, por supuesto, seleccionar ese material porque la lista de teorías y corrientes sobre el cine es realmente alucinante. (Ver mi selección en la bibliografía).
Con "cine como carnaval de signos", me refiero a los múltiples signos que interfieren en un film, algo semejante a los tejidos de una alfombra y los entresijos de una novela pero con la gran diferencia de que la historia se escenifica para la cámara. Así, la función narrativa de la puesta en escena consiste en mostrar escenarios naturales o no, decorados, iluminación, actores, vestuario, maquillaje y sonidos. Todo esto genera una narración audiovisual polifónica y proclive por acumular gran variedad de discursos, de niveles de la enunciación y de puntos de vista que admiten múltiples interpretaciones.

Este estudio, una modesta guía o modelo de análisis fílmico entre otros, se enmarca en la perspectiva de una semiótica particular considerada, por algunos autores citados en la bibliografía, como la praxis de un medio que produce efectos perceptivos, cognitivos y afectivos. Ver un ejemplo ilustrativo en este enlace:    


A continuación expondré sucintamente las herramientas de análisis que utilizaré en Vértigo.


miércoles, 17 de octubre de 2012

LA InV3RsIÓn D3 loS SIGNoS 3N 3L QUIjOT3



LA InV3RsIÓn    
D3  
   loS    SIGNoS     
3N
3L    QUIjOT3





(1 FRAGMENTO 
DE MI TESIS DOCTORAL)


PREÁMBULO
Mi hipótesis de trabajo es: Cervantes escribe tres Quijotes: el oficial  (parodia de la caballería andante); el de Avellaneda, autor anónimo, cuya identidad sigue sin descifrarse  (donde se propone la disquijotización de la novela) y el que yo llamo el negativo, inserto en ambos y del que daré aquí algunos ejemplos.

He utilizado el concepto francés de “interdit” (que significa a la vez prohibido e interdicho, o sea: lo prohibido y censurado por la Santa Inquisición está interdicho entre líneas y detrás de las palabras) para barajar la hipótesis según la cual el Quijote no es comprensible si no se interpretan ciertos aspectos lingüísticos como los anagramas, los juegos  de palabras y los silencios que obran en la novela.
Por razones de tiempo abordaré algunos ejemplos, sin citar las fuentes y teorías en que me inspiré inicialmente, manteniendo solo las notas explicativas de aquéllas, por lo que ruego perdonen la sequedad y la cruel arbitrariedad de esta ponencia que, por recordatorio, di en Rabat en el Encuentro sobre el  IV Centenario de la publicación del Quijote: 


Descargar copia abreviada en:
o en:
1. EL QUIJOTE COMO INVITACIÓN AL CARNAVAL DE LOS AVATARES DEL SENTIDO : LAS DOS CARAS DEL Quijote: UNA CÓMICA, LA OTRA, TRÁGICA

                • UN MOMENTO PARA REÍR = CERVANTES EN EL QUIJOTE
                     Hacia el tercer Quijote, el de los anagramas.

Cervantes mismo parece darnos algunas pistas cuando transforma los nombres ordinarios en literarios: Rocinante es  “lo que había sido el caballo cuando fue Rocín, antes de lo que ahora es, que era antes y primero de todos los Rocines del mundo  (I, 1); Dulcinea  era antes Aldonza, nombre con que se insultaba en la época de Cervantes, ya que rimaba con vergüenza (1) y que transforma el autor en Dulzaina, Dulcinea (Dulce Ea= Diosa).
Cervantes sabía muy bien que “en la composición de los anagramas, truéquense las sílabas y letras para formar una nueva y misteriosa significación, en elogio o en vituperio” (2).
En el Prólogo nos habla de /Urganda la desconocida/ pues no es tan desconocida porque en los tres elementos podemos leer: Aldonza versus Dulcinea.
A este simple nivel parece que el autor está teorizando sobre el concepto de anagrama. Urganda, amada de Amadis de Gaula es también Dulcinea, amada de Don Quijote de la Mancha. Urganda es llamada así precisamente por sus frecuentes metamorfosis y avatares, como los anagramas. Verificamos esta hipótesis en el poema mismo escrito en cabo roto para dejar enigmático el enunciado.
Cervantes “permite al texto funcionar como un juego donde cada sintagma remite a otros, según una intención definida” (3)
Utiliza el anagrama como lo define más tarde Derrida: « élément  atomique qui engendre en se divisant, en se greffant et en proliférant » (4).
Y así : « étant donné cinq ou six éléments matériels, le sens changera dans l’espace de quelques minutes si on les donne à combiner » (5).
Pero el ejemplo que da Cervantes de estas metamorfosis lingüísticas es un iceberg  de un territorio anagramático muy complejo que nos lleva a lo que llamo el tercer Quijote.


2. EL QUIJOTE COMO SUBVERSIÓN Y TRANSVALORACIÓN DEL SUJETO.
    LAS TRES FUNCIONES PRAGMÁTICAS DEL ANAGRAMA.

1. El uso de los anagramas como subversión del sujeto.

El título El Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha es un puzzle que ha dado lugar a muchas interpretaciones.

           A -El término  /Ingenioso/  fue traducido por Oudin en /Valeroso/ y /Valiente/; por De Rosset en /Temeroso/ y Florían omitió simplemente el vocablo por respeto, porque “ingenioso implicaba en la época una mezcla profunda de delirio, melancolía y discreción, tres elementos de la actitud  quijotesca frente a la realidad: ingenioso (in-genio, sin genio) equivalía pues a ser un desequilibrado” (6)

                 B -/Hidalgo/ y /Don/.

En la Segunda Parte Cervantes sustituye /hidalgo/ por /caballero/. Sabemos que estos dos términos son antagónicos: el primero remite al estamento más bajo de la nobleza (hidalgo= hijo de algo o alguien) y el segundo, al más alto. La nobleza con títulos se repartía en efecto en tres amplios estamentos muy separados por el protocolo, los nobles, los caballeros y los hidalgos. Los títulos como /Don/, /Su excelencia/, /Su alteza/ o /Vuestra Merced/ se otorgaban por leyes muy rígidas o por favores del Monarca.
“La Monarquía, recuerda Rosenblat, tuvo que dictar un par de leyes para regularizar los tratamientos y evitar abusos” (7).
Ahora bien, sabemos que el héroe del Quijote no tiene ninguna razón de llevar el título que ostenta, ni por sus orígenes que desconocemos ni por ley. Es más: el personaje principal de la novela es presentado por Cervantes como un personaje  misterioso y desequilibrado: entra en la historia con la edad de 50 años y no tiene ningún pasado.
Pero la usurpación que hace el héroe de los títulos nobiliarios se atenúa y se agrava a medida que se extiende la descripción… Además de ser llamado /Jinete/ por una prostituta (I, 1), Don Quijote es llamado: Don diablo, Don ladrón, Don bellaco, Don tonto, Don villano, Don harto de ajos, Don putón, Don bacalao, Don vencido, Don molido de palos. El inventario  es voluminoso (8).
Como se ve, con sólo dos vocablos se anulan todos los títulos que ostenta el héroe.

                 C -/Quijote/

Para Nebrija es “sinónimo de armadura femoral” (9). Cubarrubias piensa que es derivado del francés /Gigot=-Cuisse/. Por eso Oudin traduce en /Don Cuissot/, /Don Las nalgas/, abriendo así una isotopía de posesión sexual impetuosa. Cassou traduce en /Don Gigote/, basándose en el lapsus que hace Dorotea cuando dice:”el cual se había de llamar don Azote o don jigote” (I, 32).
Dauzat afirma que /Giguet/ designa a una persona con piernas arqueadas y delgadas, (10), cosa que coincide con la descripción del héroe.
Pero es el mismo Cervantes quien crea a propósito la confusión semiótica cuando intercala los términos /Quijada/ (enorme mandíbula sin dientes), /Quesada/ (enorme pastel de queso) y /Quijano/ (obscenidad si se lee en dos palabras).
Respecto al sufijo -ote, que registra Corominas en su Diccionario Crítico, refiere a sinónimos del miembro viril como Chafalote, Chafarote, Cipote, Ciriote, Garrote y Virote (pp. 187-488, s.), con personificaciones coetáneas como Don Majote (con las variantes Maçote, Mazote o Maxote, Machote), tal vez con raíz en majo, donde Corominas observa, pese a sus dudas sobre el derivado Pijote (o Pichote, Pischote), que todos se asimilan por su acepción erótica o de necedad, de allí el título burlesco de Don Carajo, Don Ciruelo.  En definitiva, /-ote/ presenta este doble valor: por una parte, es aumentativo (gran tamaño o longitud); por otra, es despectivo (necedad, ignorancia o brutalidad): nada que ver con otros tantos ejemplos como amigote, caballerote, etc. Ni que decir tiene que, con el toponímico de la Mancha y la ironía del uso de /Don/, el sufijo logra matizar negativamente el sentido erótico de Don Quijote, pese a que el término estuviera ya lexicalizado y tenga, en realidad, diversas etimologías.
Volvamos a la definición de /Gigote/ o (instinto sexual animal) en este enunciado anagramático: Don Quijote es “el ámparo de las viudas, el matador de las doncellas”, (II, 72) donde podemos anotar todo un vocabulario  censurado: en los verbos /amparar/ y /matar/ leemos: amar/amante, parar/domar/verdugo, atar/violador; matar/desarmar (como en un juego de ajedrez) a viudas y vírgenes. Esta interpretación la corrobora el mismo lapsus de Dorotea que habla de don /azote/ y que Cassou traduce en /Don Ribote/, aunque ambos términos son opuestos, el primero desarrolla una isotopía de poder, virilidad, abuso, temor y el secundo, exceso en comida, bebida y sexo. No hay que olvidar que /Zote/, sin a, significaba en la época de Cervantes /idiota/ e /inculto/ (11)

                   D -/La Mancha/ (del árabe= Al manzah).

Mucho se ha especulado también sobre este sintagma.
Sobre el “origen del nombre de la región de La Mancha”, Corominas aduce que ya en el siglo XIV “se empleaba Manxa como nombre propio y que era conocida por su sequedad” (Ídem, nota 3).
Partiendo de una pista que da Cervantes en (I, 46), cuando el barbero transforma la palabra en manchego y  manchado (el león manchado) y atando cabos biográficos supuse que la /mancha/ se podía escribir con una “m” minúscula (marca, deshonra, suciedad), en oposición a la región geográfica.
Indagué sobre lo que tuvieron que sufrir las minorías religiosas en la época de la Inquisición. Los primeros estatutos de pureza de sangre se votan en 1547, cuando nace precisamente Cervantes. Se prohibía a los conversos acceder a la dignidad eclesiástica y a los cargos importantes. Nace también  el Primer Índice que censura cualquier escrito o libro sospechoso por la Inquisición.
Se hace implícita y satíricamente alusión a ello en la quema  de los libros de Don Quijote. “Dès 1556, escribe Canavaggio, Philippe II avait tenu à montrer qu’orthodoxie religieuse et pureté de sang étaient désormais officiellement associées » (12).
 « La reprobación va a pesar pues sobre el converso sospechoso por su raza. Así nace y se extiende la obsesión de la mancha entre los viejos cristianos que se enorgullecen por no estar contaminados y lo proclaman hasta ante otras naciones vecinas que consideran a España un país mestizado e infectado de marranos y moros” (13).
Pero ¿qué tiene que ver Cervantes con esta mancha?

“Dès 1569, précise Canavaggio, son père certifie que Miguel compte parmi ses descendants; il n’est ni musulman, ni juif ni converti », es decir que  solicita que se le expida un certificado de pureza de sangre que muestre que en su sangre no corre ninguna gota de sangre judía. (14).
Más tarde, al volver a España Cervantes del cautiverio tuvo que invocar ante los tribunales su calidad de hidalgo, reuniendo “15 témoignages qui allèguent sa pureté de sang. Mais, prosigue Canavaggio, nous ne tenons toujours pas de preuves décisives de sa mancha » (15). Es decir : su hidalguía « n’a jamais été établie par lettres patentes et le silence de son père sur ses origines, son refus d’indiquer son propre métier dessinent une pénombre qui trouble l’historien », (16).
La /mancha/ se extenderá rápidamente cuando encarcelan al héroe nacional de la batalla del Lepanto, involucrado en turbias y misteriosas relaciones con gente indeseable que terminan acusándole  de inmoralidad.
Incluso su mujer tiene que defenderse ante el Santo Oficio acusada por el mero hecho de saber leer y escribir porque los cristianos viejos eran incultos. “Elle savait lire et écrire, subraya Canavaggio, ce qui donne à penser qu’elle avait dans les veines quelques gouttes de sang juif” (17.)
Ello explica también por qué le rechazaron a Cervantes, pese a ser un héroe nacional de la guerra del Lepanto, cualquier cargo público importante, incluso su petición de embarcar a las Américas, “busque por acá en qué se le haga merced”, le contestaron evasivamente, enunciado que tradujo admirablemente Canavaggio en “qu’il aille se faire voir ailleurs” (18).
En la boca de Sancho, la ironía es abrumadora: “…creo, firme y verdaderamente en Dios y en todo aquello que tiene y cree la santa Iglesia católica romana, y el ser enemigo mortal, como lo soy, de los judíos, debían los historiadores tener misericordia de mí, y tratarme bien en sus escritos…”.
Estos acontecimientos dramáticos se proyectan e infiltran en el Quijote de forma implícita para no decir  secreta. Vimos como deja el autor a Don Quijote inmerso en la ambigüedad, el misterio y el anonimato. Todo ello bajo la tangente de una risa corrosiva para despistar y atenuar efectos de sentido.
Por razones obvias suponemos con muchos cervantistas que lo que calla Cervantes en el Quijote (y lo que llamo el inter-dicho, l’inter-dit)) es mucho más importante que lo que dice.
Sabemos que oculta hechos, nombres  y lugares.
El autor mismo reconoce que “…se le den alabanza, no por lo que escribe, sino por lo que ha dejado de escribir”. Y  que “no me maravillo de lo que hablo, pero me espanto de lo que dejo de hablar”. Y Cervantes  parece invitarnos a interpretar cuando dice: “así debe ser mi historia, que tendrá necesidad de comento para entenderla” (II, 3).
Una historia que necesita ser interpretada para no quedarse incomprensible. Interpretar es exteriorizar imágenes y formas implícitas donde el sujeto es reconstruido mediante metáforas.
“La métaphore n’est plus illustration d’un sens premier par un sens second, elle devient instrument à introduire de nouvelles représentations dans le discours, procédé de production de texte » (19)

Según A. Castro, no cabe duda que Cervantes transgredió explícitamente los rígidos parámetros establecidos por el Concilio de Trento, ya que vivía en una época donde oficialmente funcionaba algo sanguinario que se llamaba la inquisición. (20)
Castro demuestra al respecto que Cervantes fue "un gran disimulador, que cubrió de ironía y habilidad opiniones e ideas contrarias a las usuales" (20).
Sabemos que la  gran ofensiva de la iglesia católica en  siglo XVI fue contra el ideal erasmista, del cual Cervantes es por supuesto un comprobado admirador y seguidor.

                 E –Algunos anagramas de menor complejidad.

                    --Maese Nicolás, el barbero de la aldea (I, 1) es un personaje íntegro, razonable  y ejemplar por los consejos que da a  todo el mundo. Nikë en griego significa victorioso por sus virtudes. Sin embargo es llamado más tarde /Niculoso/ (II, 67)= es decir, no tiene ni cola, ni culo ni es oso…, es un individuo castrado, afeminado y disforme e impotente. La cruel ridiculez en que lo deja Cervantes es que sufre tres avatares macabros: de hombre pasa a ser mujer y de mujer a travestí…Pero lo que demuestra la profunda psicología de Cervantes es cuando transforma al barbero en escudero, pegándole una barba postiza, creando así la cuarta metamorfosis que anula definitivamente el ser del barbero para que nadie lo reconociera: “el barbero hizo una gran barba de una cola rucia o roja de buey”, (I, 27), así la sátira alcanza al barbero en su estado físico, psíquico y social.
Es reducido a la nada.
                            --/Catón el censor/
Era conocido históricamente por su autoridad, seriedad y severidad. Pero en la boca de Sancho es pronunciado voluntariamente así: / Catón el zonzo-rino/ (I, 20)= el zonzo (=bestia, idiota, soso, bobo y tonto) que orina  (21).
                          --/Madásima y Elisabad/, su amante, (I, 25), son transformados por Sancho  en /Magímasa y su Abad Ali/. La inversión es doblada por una sustitución (magia y masa, sima y Ali Baba). De alli el sorprendente trueque: en lugar de la imagen de una maravillosa princesa enamorada, tenemos a una mujer bruja gorda y grotesca como un pastel desproporcionado cuyo amante no es sino un falso cura frustrado y acomplejado…
Este procedimiento, aparte de ser cómico, recuerda curiosamente el que utiliza  S. Freud en  Jeux de mots par condensation: Cleopold condensa dos nombres: Cleopatra y Leopold. Freud explica que “L’Europe a malicieusement transformé le nom d’un souverain en Cléopold en raison d’un autre nom d’une dame qu’il connut secrètement, c’est là sans doute une condensation qui, par l’ajout d’une lettre, renouvelait sans cesse l’allusion malicieuse », (22)
                         --/Fierabrás/, el famoso gigante rey de Alejandría, solía curar sus heridas y dolores con un bálsamo que, según la leyenda, remontaba hasta Cristo.
DQ habla con cariño de este remedio (I, 10). En la boca de Sancho, sin embargo, es la “bebida del Feo Blas” (I, 15)…El Bálsamo de Fierabrás se transforma en el /blasfemo del feo Blas/… el feo Blas blasfema como una fiera… Sancho transforma a este legendario personaje en un grosero villano, un curandero blasfemador y su receta es un vulgar y engañoso medicamento…
                         --Dorotea se disfraza en /Micomicona/, reina de un país africano y tiene como objetivo el hacer que vuelva DQ a la aldea. Pero su actitud engañosa es condenada lingüísticamente por Sancho por el anagrama en sí: mi cómica mona, mi mona comilona y meona…
                         --El enunciado /El cómputo de Ptolomeo, el cosmógrafo/ (II, 29) es desmantelado por Sancho y se transforma en:” Con ese puto meón que fue gafe” (II, 30), donde /gafe/, además de otros sentidos disfóricos, remite también a la lepra y la mala suerte…
                            --/Sansón Carrasco/ (II, 2) es el tipo intelectual, diplomático y  diplomado de la famosa universidad de Salamanca. Es descrito como inteligente, listo y realista. Hasta su nombre encierra sabiduría y fuerza física: sams-on (=sol, en árabe) es sinónimo de todas las virtudes del disco solar.
Sin embargo su apellido Carrasco en forma de anagrama da /cara de asco/ y viene a anular todas esas facultades apreciativas. Así, el extraordinario personaje es reducido a un individuo feo, vil y asqueroso…
                          --El cura es explícitamente llamado /caracuriambro/ (I, 1) donde la segunda “r” reemplaza una l para  amortizar la imagen obscena que ofrece el cura. La sátira se complica al ser llamado “docto y graduado en Sigüenza”.
El anagrama es fácil de discernir: Si Güenza abre dos imágenes, la de un zagüen o mono de cola larga y la de un zagüí o un individuo vulgar, sucio e indeseable. Todo ello rima con Sin vergüenza.
                          --Lo mismo ocurre con /Maritornes/, llamada “esta gentil moza (I, 16). María es pronunciado cariñosamente ya que recuerda al personaje bíblico, como sabemos. Sin embargo el anagrama es visible: María-torno, donde “torno” es un instrumento de tortura, ya que “tornar” en aquella época es torturar y es el trabajo del verdugo… María (esta gentil moza) es pues una cruel y criminal mujer-verdugo.
                     --/Leandra/ (I, 51) tiene apenas 16 años cuando es violada y abandonada a su dolor por el malvado Vicente de la Roca.
Sin embargo aquí también se invierten los signos y la víctima se transforma en agresora y el agresor en víctima: el anagrama /Leandra/ es formado por Lea+andro= es decir, estamos ante una leo-na hecha andro=hombre, un hombre/mujer/leona; una licántropo (loba/hombre)… de allí toda una isotopía sexual  criminal predadora…
En cuanto al supuesto violador  /Vicente de la Roca/, leemos: el inocente del Roque, donde “enrocar” en ajedrez es escaparse del peligro, ponerse a la defensa, esconderse en su torre para evitar cualquier agresión.
Pero Leandra lo provoca, lo viola y le da el jaque mate.

Para Foucault “les héros de Cervantes lisent les rapports du monde et du langage et s’emprisonnent sans le savoir dans le monde de la pure représentation » (23).
Para Spitzer « Cervantes toma el lenguaje desde el ángulo del perspectivismo e informa la estructura de la novela en su conjunto” (24).


                • UN MOMENTO PARA LLORAR = EL QUIJOTE EN CERVANTES.

2. El uso de los anagramas como diseminación autobiográfica.
         (Comento las interpretaciones de ciertos autores, completándolas).

                      A -/Zoraida/. De los más de 700 personajes del Quijote, Zoraida es una de las mujeres más enigmáticas y a la vez más descritas con cariño (25)
Tras la batalla del Lepanto, intenta ayudar a liberar a otro misterioso personaje de la novela: /De Viedma/, hecho prisionero en Argel. Ambos logran huir de aquel infierno y regresan a España (I, 37, 25). Zoraida significa en árabe: /Zahra di/ = esta linda flor aquí presente, también es luz y estrella. Muchos autores muestran que fue reina mora por ser amante del Rey marroquí Mulay Abdelmalik (nombre glorioso que lleva con orgullo nuestra Universidad de Martil). Más tarde, se convierte al cristianismo y es llamada Mariem o María. Pero sufre también los avatares de las minorías religiosas.

                     B  -/De Viedma/ es un anagrama que nos habla /De Mi vida/ ya que el personaje recuerda extrañamente al real y verdadero héroe del Lepanto, Miguel de Cervantes.

         - /Saavedra/ = Saav dra’ = msaab f dar’ú= dañado en su brazo.
                                                /bu dra’' msab/= el del brazo dañado.

Creo que Cervantes mantuvo intacto en su memoria este apodo despectivo (msavfdr'u) con que lo nombraron en Argel después del Lepanto y mucho más tarde, a la hora de redactar El Quijote, dejó pistas para que se asociara su apellido a la interpretación árabe, pistas éstas que se enmarcan dentro del uso de los infinitos anagramas con que le gustaba interpelar al lector.

                   B’- Cidi Hamete Benengeli es el narrador principal del Quijote: CHB.
Muchos estudios académicos muestran que él y Cervantes se conocieron.
El anagrama es abrumador.
Ambos autores tienen un símbolo o referente común: el ciervo.

Dos niveles.
El normal que no plantea problemas de interpretación: Cide= señor; Hamete= Ahmed= el  que alaba a Dios; Ben Ali= hijo de Ali.
El enigmático: Benengeli (pronunciado /berenjena/ por Sancho, para desarrollar isotopías eróticas e inmorales) consta de dos sintagmas: Ben Engil significa o "Inyil, en árabe = evangelio= hijo de la Biblia", "hijo del ángel" o "hijo del valioso".  Pero la pista del bereber es más significante: 

= ben+eggil (ciervo en bereber)= hijo+ciervo.
Ahora bien, si consideramos la palabra /Cervantes/, notaremos que consta también de los mismos dos sintagmas:                                      =  ciervo+antes.


De anagrama en anagrama llegamos pues a esto: el Quijote es inventado por dos autores reales: Cervantes y el enigmático Si Hmed BenAli.


Pero ¿fue Si Hmed Ben Ali un personaje real?
¿Quién es este enigmático  Cide Hamete Benengeli?

Conocido como morisco y autor árabe del manuscrito de Don Quijote de La Mancha.
Se han barajado varias hipótesis examinando posibles identificaciones históricas del personaje. En un artículo que tengo colgado aquí, reproduzco una idea que planteé en mi tesis doctoral sobre esas diferentes identificaciones, orientando mis especulaciones hasta hacia el mismísimo Avellaneda.
Pero el que más indagó y profundizó en este tema es el Dr. Ismael El-Outmani, de la Université Mohamed V, de Rabat, en su famoso artículo "El morisco Cide Hamete Bejarano, autor del Quijote". 


El autor deduce que CHB es el mismísimo personaje bereber histórico granadino Ahmad ben Qásim Al-Hayari al-Andalusi, más conocido entre los estudiosos del tema morisco como Afuqqay al-Hayari. Fue traductor oficial de los textos sagrados, embajador ambulante y gran defensor de los expulsados. Afuqqay Al-Hayari era conocido en su época granadina con el apodo "cristiano de Bejarano", anagrama que descifra El Outmani en /berenjena/, partiendo de Béjar (la Primera parte del Quijote fue dedicada al Duque de Béjar). Pero donde la identificación se hace más impactante entre Benengeli y Bejarano es cuando descubrimos que Cervantes y Afuqqay se ven involucrados directamente en el misterioso hallazgo de los manuscritos llamados los  "Libros Plúmbeos" -Ver Google- (= se trata del quinto evangelio= una fusión islám/cristianismo en 22 volúmenes): Afuqqay, alias Si Ahmed, llamado a traducirlos al castellano y Cervantes siguiendo  de cerca las peripecias y las repercusiones de este asunto. 
Si Ahmed y Cervantes compartiendo un enigma que queda aún sin esclarecer.  
¿Fuente de inspiración para Cervantes?
Conclusión del Dr. El-Outmani: "En realidad, una vez establecida la mencionada conexión (bejarana) entre El Quijote y la cuestión morisca a través de los Libros Plúmbeos y el quinto traductor, no ha sido difícil dar  con el significado de "Benengeli" que quiere decir en árabe “hijo de bastardo”, o “hijo de sangre sucia”. Cide Hamete Bejarano era morisco, por lo tanto “hijo de bastardo”; lo que equivale a decir, desde la óptica de Cervantes y de su época, un “cristiano nuevo”.  
Hay que  señalar en este contexto que dentro del antagonismo entre cristianos viejos y cristianos nuevos, existía la creencia de que éstos pertenecían a una "raza bastarda", por descender de Ismael, mientras que aquéllos descendían directamente de Isaac.


VER TAMBIÉN:



                          C- Ahora bien, ¿Qué relación tienen entre sí Avellaneda, CHB y Cervantes? ¿Pueden ser la misma persona?
Como sabéis este autor anónimo escribe otro Quijote para burlarse de Cervantes.
Cervantes en el Quijote dice: “Porque este Avellaneda es como Orbaneja, un pintor que estaba en Úbeda…” (II, 71).
Pero los cervantistas demostraron que este pintor no tiene nada que ver con Avellaneda. (37)
Empezaron a especular y a barajar otros nombres (36): Fr. Vindel piensa que Avellaneda es Alonso de Ledesma: enemigo mortal de Cervantes (26); J. G. Soriano cree que es Alonso del Castillo Solórzano (27); Clemencín lo relaciona con el nombre del bisabuelo del autor (40); Pellicer: piensa que es Fray Luis Alíaga; Astrana Marín: Alonso Laureles  o  Antonio de Sigura; Rodríguez Marín: Juan Blanco de Paz, del  Santo Oficio; Ramón Díaz Solíz: Tirso de Molina; Martin de Ríquer: Gerónimo de Pasamonte (el Ginés de Pasamonte en el Quijote, (28)

“Causa admiración, subraya Cervantes, ver 2 Quijotes y 2 Sanchos a un mismo tiempo, tan conformes en los nombres como diferentes en las acciones, (II, 72).

“He tomado por medio, dice Avellaneda, en su Prólogo, entremesear la presente comedia con la simplicidad de Sancho Panza, huyendo de ofender a nadie ni de hacer ostentación de sinónimos voluntarios, si bien pudiera hacer lo segundo y mal lo primero”.
Queda mucho por descubrir sobre la identidad de este individuo.
El caso Avellaneda es digno de ser resuelto por Hércules Poirot.
Pero los cervantistas no se fijaron en el extraño anagrama que encierran estas dos palabras /Orbaneja de Úbeda/  en:
“Porque este señor (Avellaneda) es como Orbaneja, un pintor que estaba en Úbeda…” (II, 71), donde podemos leer en anagrama tres niveles de pistas:

1. Avellaneda= abea neda / (había nada) = personaje ficticio.
2. Orbaneja=  /b e r e n g e na/ o Benengeli  puesto en la boca de Sancho;
3. Orbaneja se lee también como = obra ajena, enajenada, =  /nada había/ o habia nada…. Las tres pistas apuntan en dirección de Cervantes.  

Antes de morir DQ suplica al cura y a Sansón Carrasco que, si descubren a Avellaneda, le pidan perdón “por la ocasión que le he dado para escribir tantos y tan grandes disparates como en ella escribe”….
Vemos que el libro firmado por Avellaneda es falso solamente desde el punto de vista de Don Quijote y no  de Cervantes. Por eso cabe preguntarnos:  ¿Quién ha muerto? : ¿DQ o Cervantes?


3. El uso de los anagramas como ocultación del texto.
                 Expongo tres ejes =   Ambigüedad, perspectivismo y anonimato.
                                                 (60% del contenido de la novela)

Algunos ejemplos de ambigüedad=
                   -« Yo te digo, Sancho amigo, que son borricos, o al menos, a mí tales me parecen”; Don Vicente se llama, o al menos, así se llamaba hace dos horas” (II,60)
                -“Eso que a ti te parece bacía de barbero, a mí me pareció yelmo de Mambrino y a otro le parecerá otra cosa” (I, 45).
                  -El ama de Don Quijote no lleva ni nombre ni apellido. Nada sabemos sobre ella. Sin embargo es la que se ocupa de aspectos más graves de la novela: la quema de los libros de Don Quijote (I,6), la instigadora directa de la locura de éste, la responsable de las disputas entre Sancho y su amo y al final la administradora de los bienes de DQ, (II, 73).
               -Tampoco sabemos algo sobre la sobrina de DQ cuyo nombre es revelado al final, pero sólo para ridiculizarla.
                -El narrador principal de la novela, su personaje clave (35), Cide Hamete Benengeli (CHB), es envuelto en una inmensa capa de niebla, junto con los demás narradores.
              -El Quijote carece de autor y de narrador: “Los autores de este caso escriben que...” (I, 1). El narrador de los 8 primeros capítulos no es nombrado. CHB aparece en el capítulo 9 luego desaparece en el 28 para reaparecer al final. Todos ocultan “la fuente” del manuscrito arábigo.

El editor es también anónimo. Aparece para condenar la fidelidad  supuesta del traductor: “en todo esto, afirma, no guarda ninguna puntualidad” (II, 60). Hasta los mismos personajes ponen en tela de juicio la versión de aquellos. “En esto, constata Sancho, anda errada esta historia” (II, 3); “Ahora digo, afirma DQ, que no ha sido sabio el autor de esta historia, sino algún ignorante hablador”; “Digo que dicen que dejó escrito el autor que… (II, 12); cuentan que, (II, 44) 71.; ¿qué se dirá en la cuarta parte de esta narración? Que en este punto dio fin a la tercera parte de la narración el sabio y astuto historiador CHB, (I, 27)
                   -El verbo /parecer/ se repite 923 veces; en cambio, /verdad/, solo 443 veces.
                    -El texto queda en muchos pasajes huérfano y anónimo:
“Llegando a escribir el traductor este capítulo, dice que le tiene por apócrifo, porque en él habla Sancho con otro estilo del que se podía prometer de su corto genio, y dice cosas tan sutiles que no quiso el traductor traducirlas por cumplir con lo que a su oficio debía. (II, 5).
                -“Aquí pinta el autor todas las circunstancias de la casa de don Diego, pero el traductor de esta historia le pareció pasar muchas semejanzas en silencio...”
                 -“Dicen que en el propio original de esta historia se lee que llegando CHB a escribir este capítulo, no lo tradujo su intérprete como él lo había escrito y que fue un modo de queja que tuvo el moro de sí mismo.”(II, 44)
                   -“Autores hay que dicen...otros dicen que…pero lo que yo he podido averiguar en este caso y lo que he hallado escrito en los anales de la Mancha…” (I, 2)
                 -“Si a esta historia se le puede poner alguna objeción acerca de su verdad, no podrá ser otra sino haber sido su autor arábigo, siendo muy propio de los de aquella nación ser mentirosos”, (I, 9)
                   -“Real y verdaderamente, exclama el editor, emocionado, todos los que gustan de semejantes historias como ésta deben de mostrarse agradecidos a CHB, su autor primero, por la curiosidad que tuvo de contarnos los mínimos detalles  de ella, sin dejar cosa, por menuda que fuese, que no la sacase a luz distintamente: pinta los pensamientos, descubre las imaginaciones, responde a las tácitas, aclara las dudas, resuelve los argumentos, manifiesta los átomos del más curioso deseo, ¡OH, autor celebérrimo! Puntualísimo escudriñador de los átomos de esta historia”, (II.50, II, 40).

  4. Los silencios más problemáticos del Quijote.

“El mismo silencio daba silencio a sí mismo” (II, 69)
“La misma conciencia daba voces callando” (I, 36).
En el silencio absoluto, las susurradas palabras del caballero… (I, 16)
Dios me entiende, y no digo más (II, 1)
Sancho no podía descoser la boca ni hablar palabra (I, 47)
Sin osar despegar los labios (II, 10)
Sin decir otra cosa, todo sepultado en silencio, (II, 53)
No respondía palabra, (II, 12)
El silencio semejaba un cementerio (II, 18)
Guardaron todos  silencio, (II, 68)
Y con todo esto nos hemos de coser la boca, sin osar decir lo que el  hombre tiene en su corazón, como si fuera mudo (I, 25)
El silencio fue allí el que habló por los dos amantes (II, 65)
Se quedaron mudos y suspensos, casi sin saber lo que les había ocurrido.

                    -La Monarquía y la alta sociedad quedan secuestradas en el anonimato y el silencio.
El Rey (II, 1) y el Virrey (II, 63) no llevan nombres, tampoco da Cervantes identidad al Duque y a la Duquesa 70. Pero lo que más nos sorprende de esta obra es el silencio y la implícita critica  corrosiva que hace de los eclesiásticos. El autor parece decidido a no nombrarlos. Es más: de la Iglesia, el estado más religioso de toda Europa (a 100% católico) y  teniendo en cuenta que hay más de 700 personajes en la novela, sólo encontramos curiosamente a los frailes de la orden de San Benito I,8; un eclesiástico II,35, un arzobispo II,1 y un  canónigo I,35. Ninguno lleva nombre.
Es más: el sintagma /católico/ aparece sólo 24 veces en la novela, mientras que el verbo  /dudar/ lo hace 222 veces, el sustantivo /nada/ 166 (29).
Ahora bien lo que más sorprende es la ocupación de estos religiosos: sólo leen novelas de ficción y se disfrazan…Y todos son maltratados y despreciados directa o indirectamente  por DQ.

He barajado la hipótesis de que El Quijote es un juego de ajedrez con un lector ideal. Cervantes sabe despistar al Santo Oficio para comunicar con el lector. El juego es interactivo, muy organizado y complicado.
¿Cómo logra desorientar la censura? Haciendo de un tema anacrónico e insignificante (La caballería andante) el eje de la novela, intercalando numerosas novelas, sembrando anagramas, dudas y confusiones. Por eso muchos enunciados de alta gravedad escapan al control despiadado de la Inquisición.
Incluso los pasajes que se censuran forman parte del amplio juego del despiste, como el que condena el Índice expurgatorio del cardenal Zapata cuyo decreto se lee en la página 905 del mismo:
“Miguel de Cervantes Saavedra. Segunda Parte del Quijote, capítulo 36, orden de borrar: Las obras de caridad que se hacen tibia y flojamente no tienen mérito ni valen nada.” Cervantes alude más o menos implícitamente al erasmismo para intercalar otros enunciados más críticos y contrarios al Santo Oficio.
“Su crítica, constata A. castro, es indirecta, alusiva y elusiva, sólo captable por quien se ponga a tono con el latir de la obra. Ciertos escritores se sienten situados sobre un suelo firme, sin sentirse estorbados por el mundo. Así poetizaron Lope de Vega y Goethe, seguros de su vía artística. Para Cervantes, el desde donde y el en donde eran tan problemáticos como el hacia donde” (31)
Quien conozca las condiciones en que se vive bajo regímenes en donde la sinceridad pude llevar a la tortura o a la muerte, tiene obligación de matizar sus opiniones. (32)

  5. ALGUNOS EJEMPLOS QUE BURLARON LA CENSURA.

-Con la Iglesia hemos topado… (II, 9)
-Llegué a Alemania, y allí, me pareció que se podía vivir con más libertad, porque en la mayor parte de ella se vive con libertad de conciencia, (II, 54).
“MAS quiero acostar a la sombra de una encina y arroparme en mi zamarro en libertad, que con la sujeción del gobierno entre sábanas de Holanda. (II, 53).
Dichosa edad…Todo era paz, amistad, concordia. La justicia se estaba en sus propios términos…Y ahora: en estos nuestros detestables siglos. (I, 11).
Sancho, quiero que aquí a mi lado te sientes y que seas una misma cosa conmigo, que comas en mi plato y bebas por donde yo bebiere. (I, 11)


Conclusión

El Quijote NO es una propiedad exclusivamente española o de un individuo.
El Quijote, justo después de ser censurado por la Inquisición, "emigró" a Europa y América donde impactó y marcó a grandes genios de las letras, quienes mejor lo interpretaron y comprendieron su valor trascendental. El libro "vuelve" a España tras casi tres siglos de ausencia, esa larga ausencia en la que Occidente lo adoptó, analizó, divulgó y programó como obra maestra de arte en las mentes universitarias. Señal muy simbólica. El impacto fue pues más duradero y más profundo fuera que dentro de España. Y ello fue gracias a las traducciones que arrancaron justo después de esa injusta censura. Y todo el mundo sabe que después de la Biblia, no hay otro libro en el mundo tantas veces editado, traducido y comentado.
Ahora bien, como suele ocurrir con la lectura de las grandes obras, uno entiende lo que le permite su grado de inteligencia, formación y cultura. Los contemporáneos de Cervantes se rieron a carcajadas; tras la censura, en Europa los intelectuales se quedaron perplejos al descubrir los profundos temas existenciales y filosóficos que encierra la obra; muchos perdieron la sonrisa, otros lloraron; algunos intelectuales españoles del siglo XX corroboraron aquellas interpretaciones e intentaron colmar esa ausencia y lo lograron estupendamente... pero como ya dije, uno, según su nivel, puede defender a ciegas un prejuicio de lectura durante toda su vida...

Avalle-Arce: la inmensa mayoría de nosotros somos quijotes fracasados ya que nuestros pobres proyectos de vida se dejan imponer por las circunstancias…El loco que nos divirtió y del que nos reíamos de tan buena gana, era nuestro doble: éramos nosotros mismos. (34)
DQ es el héroe de lo Mismo, todo su ser no es otra cosa que lenguaje, historia ya transcrita…palabras entrecruzadas que pertenecen a la escritura errante por el mundo, Foucault, (35)



Notas.

1.  G. Correas, Vocabulario de refranes y frases proverbiales, p. 172.
2. B. Gracián, "Agudeza y arte de Ingenio", cité par Rosenblat in La lengua del Quijote, Madrid, Gredos, 1978, p. 46.
3. Ibid. p. 51.
4. « De la dissémination », Critique, 261 et 262, Paris, Minuit, 1969, p. 113.
5. Avalle-Arce, « La sémiologie de la narrativité chez Saussure, Essais de la théorie du texte, Paris, Galilée, 1973.
6. b. Gracián, in Rosenblat, op.cit., p. 160.
7. op.cit. p. 183.
8. G. Correas. Op.cit. p. 185
9. Diccionario de la lengua española de la RAE, 18e Edi. Madrid, 1958.
10. Dauzat, Dictionnaire étymologique des noms de famille de France, Paris, Larousse, 1951, p. 292.
11. G. Correas, op.cit., 1627, Ed. Barcelona, 1976, 623.
12-18, J. Canavaggio, Cervantes, Paris. Gallimard, 1987. pp. 20, 21, 45, 56, 27, 29, 105, 174, 147.
19. L. Jenny, " La surréalité et se signes narratifs ", Poétiques, 16, 1973, p. 511.
20. A. Castro,  El pensamiento de Cervantes, Barcelona, 1972, p. 21.
21.  Dic. Op. Cit. pp. 571 y 591.
22. S. Freud, Le mot d’esprit et ses rapports avec l’inconscient, Paris, Gallimard, 1969, p. 189.
23. M: Foucault, Les Mots et les Choses, Paris, Gallimard, 1969, p. 313.
24. op.cit, p. 134.
25. O. Asín, La hija de HAjí Morato en la obra de Cervantes, Madrid, Aguirre, 1948.
26. Cité par S. de Robles, Ensayo de diccionario de la literatura, Madrid, Aguilar, 1964, p. 128.
27. op.cit. pp. 203 y 266.
28. Riquer, Martín de. Cervantes, Pasamonte y Avellaneda. Barcelona: Sirmio, 1988.
29. Rosenblat, op.cit. p. 346.
30, 31. A. Castro, op.cit. p. 122
32. Ibid.
33. Lo Ré, A.G. "The three deaths of Don Quixote: Comments in Favor of the Romantic Critical Approach". Bulletin of the Cervantes Society of America. Volume 9, No. 2 (Fall 1989): 21-41.
34. Avalle-Arce, op.cit. p. 121.
35. M. Foucault, op.cit. p. 132.
36. S. Gilman, "Los inquisidores literarios de Cervantes", Actos del tercer congreso literario de hispanistas. México, 1970, pp. 3-25.
37. El Quijote de Avellaneda aparece en Tarragona, Tordesillas. Novela adaptada por Le Sage en 1704. 
38. U. Eco, « Sémantique de la métaphore », Tel Quel, 55, Paris, 1973. CF, aussi : L. Jenny, "La surréalité et ses signes narratifs", Poétiques, 16, 1973, p. 511.
40. Clemencín identifica al duque y a la duquesa como siendo Don Carlos de Borja y Doña Luisa de Aragón, ambos duques de Villahermosa, op.cit.



viernes, 28 de septiembre de 2012

MI TRADUCCIÓN DE "ÁNGELES DEL DESIERTO", DE PALOMA GOMÁ.




MI TRADUCCIÓN DE 
ÁNGELES DEL DESIERTO, 
DE PALOMA GOMÁ






TRADUCCIÓN DE "ÁNGELES DEL DESIERTO", DE PALOMA GOMÁ.
Editorial, Ayuntamiento de Málaga, 2007, 73 p.
ANGES DU DÉSERT. Cuadernos Culturales Isla Verde. Algeciras 2009. 
POR el profesor Ahmed Oubali (Facultad de Traducción Rey Fahd de Tánger).


EXTRAITS:

MARGES DE PAIX 
Si la paix étalait sa convergence des augures
sur les Ides de mars
et le magma immolait son incandescence 
sur la rigueur des gelées,
prédisant l’écroulement des arêtes du froide
en une avalanche insoupçonnée, 
le vent morcellerait sa coupole
en un fracas d’ailes,
en un bruyant gazouillement, havre
du rite de la lumière,
à l’intérieur de chaque instant;
quand ne seraient pas encore profanés
les rayons
ni pliée l’épie. 
Le bâton des semailles
réussira à tracer l’extase
que conçut la paix
sur les traits,
en orbites éloignées,
comètes émergeant du néant,
ou un zénith de lumière
où la soif serait 
toujours rassasiée. 

miércoles, 19 de septiembre de 2012

¿Escribimos porque estamos enfermos?







¿ESCRIBIMOS POR QUE ESTAMOS ENFERMOS?




¿Y cuáles son, en caso afirmativo,  
los síntomas de esta patología?


              A la pregunta de cualquier entrevista: ¿por qué escribe Ud.?, muchas respuestas corresponden a éstas:

- Para vengarme de mí mismo y de la realidad, como defensa propia;
- para mí es tan necesario como respirar. Es mi forma de ser;
- supongo que por necesidad, por insatisfacción y vacío existencial;
- por el penalti que fallé de pequeño. Para mí la literatura es una especie de evasión;.
- Es una manera de burlar la dureza de la vida;
- Me siento oprimido por una carga que deseo anular para conseguir alivio escribiendo;
- Por envidia. Quiero igualar a muchos…Superar a muchos…
- Me falta algo, me siento frustrado, inhibido, por eso escribo.
- Quiero ser famoso, alguien digno de admiración y de elogio.

La envidia, esta pasión intrínsecamente patológica, puede ser un síntoma general. Como sabemos, es el rasgo más natural y notorio de nuestra sociedad de consumo. Por envidia queremos ser valiosos, victoriosos e incluso superiores, comparándonos con los que ya lo son. La envidia funciona impulsada por un sentimiento de inferioridad, una frustración ante lo que nos fascina y desata nuestras ambiciones para superar nuestra situación que creemos mediocre.  Es bueno tener modelos a imitar, envidiar con admiración y no odio. Pero en regla general el envidioso sólo espera alcanzar su objetivo, que es el de restaurar su Ego, valorar su autoestima. 

Pero el problema es mucho más profundo de lo que declaran los escritores.
Según Freud, del inconsciente surgen misteriosas pulsiones (síndromes de Edipo, Narciso, Sade, el Totemismo, el Incesto, etc.) que pasan al consciente o aparecen en sueños, como fantasmas o imágenes, que al ser redactados, producen el texto literario.

Freud llamó esta producción: «La novela familiar del neurótico». El autor (el poeta) es “el sujeto inconsciente” de esta novela.
El análisis de cualquier relato, según esta visión, implica un estudio y un tratamiento de la neurosis del autor o paciente. Para Freud: «Todo escritor puede ser objeto de una psicobiografía crítica o interpretación del texto en función de la biografía del autor. 

El psicoanálisis informa sobre el proceso de esta creación. 
Freud compara la ensoñación a la creación artística. En su conferencia “El poeta y los sueños diurnos”, dice que  «Los profanos sentimos desde siempre vivísima curiosidad por saber de dónde el poeta, personalidad singularísima, extrae sus temas y cómo logra conmovernos con ellos tan intensamente y despertar en nosotros emociones de las que ni siquiera nos juzgábamos acaso capaces. Las pulsiones insatisfechas son las fuerzas impulsoras de las fantasías y cada fantasía es una satisfacción de deseos, una rectificación de la realidad insatisfactoria. ¿Debemos realmente arriesgar la tentativa de comparar al poeta con el hombre que sueña despierto, y comparar sus creaciones con los sueños diurnos?». Freud concluye diciendo que el escritor “mitiga el carácter egoísta del sueño diurno por medio de modificaciones y ocultaciones y nos soborna con el placer puramente formal, o sea estético, que nos ofrece la exposición de sus fantasías”.

Para Freud son las «modificaciones y ocultaciones» las claves para entender la diferencia entre los sueños diurnos y las creaciones artísticas: el inconsciente para manifestarse a través del sueño recurre a la condensación y el desplazamiento insertando ideas en el lenguaje a través de la metáfora y la metonimia. Así trabaja el inconsciente del poeta.

El concepto de fantasía  inconsciente o “phantasme” es fundamental en Freud. «Sabemos –afirma– que el sujeto humano emplea su fantasía para satisfacer aquellos deseos que la realidad deja incumplidos». Para Freud el sujeto del lenguaje de la literatura es el sujeto de una Tensión entre tendencias plurales y opuestas, contradictorias. Tensión que aparece como  síntomas neuróticos en su texto. 

¿Es  el lenguaje pues un mero relato de una experiencia plagada de síntomas neuróticos?
De cualquier forma, al escribir noto personalmente que el que escribe no soy yo sino otro, una voz subterránea distinta de la mía. Es como si mintiera diciendo verdades (la ficción), imaginando situaciones vividas o no. E imaginar  es entrar ya en la ficción. ¿En la esquizofrenia? Es como si soñara despierto, y en ocasiones, como si la ficción fuera más vivida y real que la realidad… ¿Neurótico?

Por lo menos, escribir es un medio para entrar en  catarsis.  
Freud   define  este  concepto  como "liberación"  placentera, y   entiende  el  goce   catártico   doblemente   como " alivio  en la  descarga libre  de  tensión  y  como estimulación  sexual. La  catarsis  está  relacionada  con  la  " abreacción" la  cual  consiste  en  la  liberación  de  un  afecto,  que  está  unido  a   un  recuerdo  traumático,  por  medio  de la  descarga  emocional. Se produce  esta  descarga  mediante  la  hipnosis  y  la  correspondiente verbalización  de  afecto. Esto define la relación  sinonímica entre  la  estructura  psíquica  del  hombre  con  la  estructura  narrativa : en ambos casos se trata de una novela universal donde el hombre " vive sufriendo",  desde  su  infancia  hasta la muerte  intensos  conflictos relacionados con el placer y el dolor, (Eros versus Thanatos).

En conclusión, y resumiendo ciertos teóricos del psicoanálisis,  los  principales  mecanismos  psíquicos  que  orientan  la  actividad  literaria  son la sublimación (transformar  la  pulsión  sexual  en  una  fuerza  no  sexual, de utilidad social y cultural ); la exteriorización  del   inconsciente mediante la  fantasía y la imaginación; la  ilusión o la  ficcionalidad;  el símbolo o la representación  indirecta  y figurada; el retorno  de lo reprimido, proceso  mediante  el cual  los  elementos  reprimidos tienden  a  reaparecer; la expresión  artística (el poeta, según Freud, realiza  una  serie  de "modificaciones  y ocultaciones"  que  mitigan el  carácter  egoísta  del  ensueño y  la  fantasía  y  por  otra  "nos  soborna con  el  placer   puramente  formal o sea  estético ,  que  nos  ofrece la  exposición  de sus  fantasías".


Ejemplos de modelos de 
autores histéricos, neuróticos, paranoicos y epilépticos:

Se cita generalmente a Henry James, Dostoievski, Tolstoi, Poe y Hesse porque son autores bastante ilustrativos de las enfermedades mentales que han rondado la pluma de los escritores más portentosos que ha conocido la humanidad. Tal vez todos ellos estén contenidos en Shakespeare, o en los clásicos griegos, en las tragedias. Y en los libros sagrados, especialmente en la Biblia, reservorio de manías y anormalidades. Más aún, Jesucristo mismo a la luz del análisis fue un enfermo mental, un histérico, según la moderna ciencia psiquiátrica. Tal vez, como él, muchos niños crecieron bajo temores y sentimientos de culpa enormes, de una magnitud cual, que debían redimirse sintiéndose redentores de la humanidad. Es decir, histeria pura. 
Todo el subjetivismo patético que habita en ese tipo de mentes, haciéndolos sentir el centro del universo, sujetos y objetos, pecadores y castigadores, llamados a limpiar la humanidad de las manchas que ellos mismos han pensado tener en su cuerpo que les atormenta el espíritu, la mente, y que desordena sus sentidos y los lleva a la alucinación y la hiperestesia. Por cierto, algo similar podría afirmarse de ‘líderes’ políticos de todos los tiempos, la mayoría, dictadores. (Cf. Mauricio Oter).

domingo, 12 de agosto de 2012

Melaina Cholé en "Amores que invitan a morir", de Yolanda Aldón.





Amores que invitan a morir, 
de Yolanda Aldón.
Por Ahmed Oubali


Preámbulo

Pienso que los grandes genios de la literatura universal deben su celebridad (gran parte de ella) a una importante dosis de melancolía que inyectan en sus obras. Muchos lo hacen porque predomina en su alma la bilis negra, la “Melaina Cholé” o melancolía.
Los síntomas de esta patología son conocidos de todos. El paciente, tras perder el objeto deseado o valorado (la muerte de un ser querido, una ruptura sentimental grave, cualquier pérdida importante), entra en un estado de depresión doloroso al no poder soportar rechazar dicha pérdida. Niega la evidente realidad y se encierra en una soledad tal que el mundo y la vida dejan de interesarle por completo. Se siente desvalorizado, se autocritica con facilidad y acepta fácilmente cualquier reproche y humillación.
En la vida real y en literatura se ofrecen dos casos clínicos. Unos superan el trauma por tener un fuerte narcisismo. Sufren al principio luego olvidan. Otros entran en la neurosis y terminan suicidándose.

El relato. (1)
De entrada, el título (que siempre es un cebo para el lector, un aperitivo) del relato es explícito: hay amores que matan, es decir, amores por los que uno mata o muere. Amar y morir son a menudo sinónimos; enamorarse es también lo que llamo“enamorirse”.
Contrariamente a lo que ocurre con la Carlota de Vértigo (película de Hitchcock), y a pesar de ciertas similitudes, el estado melancólico de Carlota que nos ocupa, por muy corto que sea el relato, es descrito implícitamente en su totalidad, es decir en los dos procesos citados arriba. Los ilustra por así decirlo perfectamente: un intento inicial consciente de superar el estado doloroso de la ruptura y el suicidio final, por no haber podido lograrlo. Con esta sorprendente diferencia: el suicidio es solo un pretexto, una condición para renacer de sus cenizas, como el Ave Fénix.

Preludio. Síntomas de Melaina Cholé:
Carlota se siente engañada, abandonada, frustrada y defraudada. En ocasiones una ruptura sentimental puede causar más daños que la muerte de un ser querido. El duelo, agravado por la melancolía, puede llevar a la demencia. Al principio Carlota aún se autoestima al desear seguir viviendo y tener esperanza de una forma u otra en un destino mejor. Tener fe. “Ver sin mirar” y “Mirar sin ver”, le hace decir el narrador (el camaleón textual más peligroso de la literatura). En vez de pensar en el suicidio, en el auto castigo o quizás simplemente en el odio (L’enfer est autrui, diría Sartre), utiliza un feedback de su vida amorosa y antes feliz. Evoca recuerdos. Todo ello para mantener viva la conciencia del deseo, la huella “satisfactorial” del objeto valorado perdido. Mantendrá esta alucinación hasta el final.

Desde el principio del relato, el lector se identifica por mimetismo al personaje (el autor logra implicarle en la ficción, ¡deseando que la melancolía le contamine!) mediante una táctica narrativa digna de admiración: la narración se hace en segunda persona y no en primera. Observamos entonces cómo Carlota tiende a superar conscientemente su estado melancólico al apegarse a la vida, al sentirse nostálgica por lo vivido y deseado en el pasado: Carlota quiere restaurar su antiguo modo de gozar…
No obstante, el narrador omnisciente (a  no confundir con el autor porque ambos tienen diferentes proyectos para Carlota) dirige la trama hacia donde la propia melancolía se lo exige (en semiótica, “melancolía” es también un personaje): hacia el suicidio. Para ello, utiliza dos metáforas. Dos alucinaciones. En la primera, el pasado es evocado y percibido como una película, una ilusión, según el narrador mismo. En la segunda, la visión de la orilla donde descansará su cadáver, como el de Ofelia, para siempre.

/Mi desesperada pasión/, se lamenta Carlota.
Luego exclama, herida y desilusionada:
/Jamás podré creer en nadie que me diga te amo/;
/ni confiar en gestos que me inclinaban a tocar el cielo agarrada de su mano/.
El narrador omnisciente cierra el relato apropiándose el pensamiento de Carlota:

/Ensimismada, dejó de pensar/,
/El impulso la llevó a esa orilla donde amó como nunca jamás a un hombre/.
Final sobrecogedor, Carlota optó por desaparecer para no sufrir más, no martirizarse más…
/E invitada por la sinrazón se introdujo entre sus aguas/.
Morir (enterrar el pasado) para renacer como el Ave Fénix.

/Ella fue liberada por la mar/

La última visión que tenemos de Carlota recuerda sorprendentemente (Ver también el final trágico de la protagonista en mi relato Cita con la Muerte) el último estado de ánimo de Ofelia en la obra de Shakespeare: después de la muerte de su padre, Ofelia es abatida por la melancolía y el luto. La locura se apodera de ella (Carlota es asaltada por alucinaciones de un pasado feliz pero traicionado) al empezar a cantar canciones y ofrecer flores citando sus significados simbólicos. Después de bendecir a los suyos, Ofelia sale por última vez del castillo. Carlota parece también despedirse, pero del destino que la maltrató. Ambas terminan ahogándose en el arroyo. La descripción de su muerte, cuyas proporciones son totalmente diferentes, por supuesto, es una de las más poéticas de la literatura.


Bueno, ya lo ven: a la narración de Yolanda he añadido la de Grecia, la de Hitchcock, la de Shakespeare, la mía. Porque: ¿Acaso no es la propia función intertextual de la ficción?
¿Sería descabellado pensar que todos los textos existentes derivan de un solo texto inicial y original y de cuyo autor no sabemos nada? ¿Podría ser La Epopeya de Gilgamesh el primer texto?
En caso negativo, y partiendo del concepto de Intertextualidad, todos los demás textos conocidos (Homero, La Biblia, Las Mil y Una Noches, El Quijote, Shakespeare, Cien años de Soledad, etc.) no son sino sus múltiples e infinitos comentarios…

(            (1)    Relato corto que se puede leer en el siguiente enlace: 
                          

Yolanda Aldón Toro.

Escritora y periodista, nacida en Barcelona. Defensora de los derechos humanos. Pertenece a la llamada corriente literaria Voces del extremo. Es miembro de la ACE (Asociación Colegial de Escritores de España) y miembro del Comité Honorífico de la concesión al Premio Nobel de la Paz al pueblo Sirio como responsable de España y Marruecos. Su obra está incluida en varias antologías, entre ellas, Antología de Poesía Solidaria.