martes, 14 de julio de 2015

CERVANTES SE INSPIRA EN MARRUECOS PARA ESCRIBIR SU OBRA.




MARRUECOS  EN LA OBRA  CERVANTES





Es la idea principal del libro Marruecos en Cervantes. Antología de textos, publicado por el profesor Fathi Abderrahmán, de la Universidad Abdelmalek Essaadi (UAE) de Tetuán, tras organizar un coloquio internacional titulado ‘Marruecos y Tetuán en la obra de Cervantes’ y consagrado al IV centenario del Quijote: (23/04/2015).

En efecto, en la Introducción al libro el autor afirma que "Marruecos es obligada  referencia en todas las obras de Cervantes", (p.19). 

En mi comentario siguiente mostraré que dicha afirmación es falsa, arbitraria e inviable.
Porque:

1. El título «Marruecos en Cervantes» no concuerda en absoluto con el contenido de la Antología ni lo representa porque las referencias a Marruecos, extraídas y puestas juntas, apenas ocupan 2 páginas entre las 353 del libro. Un grano de arena en el océano. Y en la obra total de Cervantes, un efímero suspiro en la Vía Láctea. Ello quiere decir que todos los textos, excepto dos, hablan básica y fundamentalmente de Argel (Lepanto, cautiverio, rescate, corsarios, fuga o liberación de presos y algunas que otras historias de amor) –y no aludo a los temas tan espinosos y enigmáticos que aún levantan ampollas y saltan a los titulares entre los cervantistas– mientras que las pocas referencias a Marruecos (unas 16 en total) se cristalizan en tres palabras: Tetuán, Marruecos, mazmorras, palabras descontextualizadas, incidentales, sin discurso o comentario cultural que las avale, visiblemente citadas de forma esporádica sólo para corroborar hechos principales de la propia narración. Su función verdadera es en definitiva obvia= en la mente de Cervantes aluden inexorablemente a un ambiente hostil, bélico y desagradable, el mundo de la piratería turco-berberisco-musulmán, donde las connotaciones del autor son todas disfóricas por antonomasia, cuando no son irónicas. Teniendo pues en cuenta la aplastante referencia a Argel y no a Marruecos   -incluida la historia de Zoraida, que abarca más de 230 páginas (¡no entiendo qué “pinta” este nombre ficticio y no histórico en la Antología!)-,   convendría, por honestidad intelectual, cambiar el título, en « Argel en Cervantes » y no «Marruecos en Cervantes», para representar mejor, rigurosa y concretamente los textos de la Antología.