lunes, 21 de marzo de 2016

“AMOR POST MORTEM", un relato que consagra al género negro marroquí.








Amor post mortem, de Ahmed Oubali.


                                                  Por MUSTAPHA HANDAR.







PREÁMBULO

Últimamente, tuve el honor de recibir una de las más valiosas y muy raras perlas negras. Me refiero, con gran júbilo, a la obra de género negro "Chivos expiatorios y otros relatos" del adalid marroquí de este género el escritor y semiólogo Ahmed Oubali. 
Son once relatos, los que componen el libro, editado por Cultiva Libros de Madrid. En cada uno hay más de un tremendo asesinato, más de un codicioso homicida en busca de lucro y de un chivo expiatorio para pagarlo duro en su lugar o para sepultar en él su psicopatía y sus macabros hechos, más de un ADN destruido, bastante epinefrina vertida en las venas sensibles del lector y más de un rompecabezas de índole psicológica y policíaca. Esta obra única merece colocarse al lado de las obras de los autores más celebrados del género como Edgar Alain Poe, Agatha Christie, James Thompson, Raymond Chandler, entre otros.



A continuación voy a corroborar esta afirmación con mi lectura del relato citado.


EL RELATO

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ARGUMENTO

Cintia descubre ex abrupto que su cónyuge Juan Antonio Balaguer es un maléfico mafioso con un pasado negro y que detrás de su nombre se esconde el de Albert Silbertbauer; su verdadera identidad y uno de los más peligrosos y buscados asesinos. Por ende, su vida está en peligro, sobre todo, cuando la ha amenazado con arrebatársela si piensa delatarlo.

Albert es un Barba Azul del que la bella Cintia quiere liberarse y, como no tiene hermanos que puedan ayudarla, aprovecha de Karim; un marroquí de Tánger que trabaja de camarero en el hotel Tres Mares de Tarifa, seduciéndolo con su extrema belleza para planificar con él un viaje de huida a su ciudad internacional y mítica.
Quedan en el restaurante El Puerto un tiempo antes del embarque de las 09h00. Para ello, Cintia debe ir a casa para preparar su bolsa, mientras que Karim tiene que comprar los billetes e ir, después, a su pensión para esperar a que le llame por teléfono a las 08h15. En caso de que no le hubiese telefoneado, tendría que saber que algo malo le habrá sucedido y, entonces, deberá acudir a su domicilio, precisamente, al chalet Blindstone; un macabro cementerio tapujado de un maravilloso jardín donde su marido entierra a sus víctimas. Es tan astuto que cometió unos perfectos crímenes de los que nadie se dio cuenta.
La llegada de Cintia a la residencia coincide con la matanza de dos chantajistas madrileños por su marido con la ayuda de su esbirro Pedro. La imposibilidad de que descubran que José Antonio Blaguer es el mismo y buscado Albert Silbertbauer, despierta sus sospechas en su mujer. Ésta, intenta rebujar su miedo tomando la cena con él; la última cena de Jesucristo.
Mientras tanto, en su pensión, Karim decide tumbarse un poco para descansar. Sin embargo, se ha adormilado y le ha invadido un buen y tan dulce sueño que ha terminado con una de las más tremebundas pesadillas: tras fugarse a la explosiva y tan rutilante Tánger internacional y vivir en ella los más apasionantes y eróticos momentos de sus vidas, los dos amantes fugitivos se ven, de golpe y porrazo, perseguidos en el zoco por un asesino llamado Wagner y, después, en el laberinto de la Gruta de Hércules por Albert y sus dos sicarios. La pesadilla concluye con el mortal apuñalamiento de Cintia y la muerte de Karim y sus enemigos en un súbito y fugaz intercambio de disparos.

Como un ahogado que surge de las aguas para respirar profundamente, Karim vuelve al mundo concreto y se percata de que ha dormido tanto y de que su amada no le ha telefoneado. Sale y toma un taxi rumbo a su domicilio. Al llegar, la calle está repleta de guardias civiles, patrullas y una ambulancia. Su Afrodite está sana y salva, Albert y sus matones han muerto junto con otros mafiosos que han acudido en busca de sus dos hombres chantajistas. Los policías han abierto la habitación de Barba Azul; el famoso chalet Blindstone y han extraído a todos los cadáveres.
Cintia y Karim se sienten, por fin, libres y han programado, esta vez, un viaje lenitivo y de luna de miel a Tánger en lugar de un viaje de huida.
VALORACIÓN:
Con ecos del padre del suspense cinematográfigo Alfred Hitchcock, de Sean Sexton Cunningham, y del insigne cuentista Charles Perrault, el adalid del relato de thriller en Marruecos Ahmed Oubali nos presenta otro plato agreamargo, preparado a base de nuevos ingredientes de su cocina siempre humeante y negra, bajo el título “Amor post mortem”.
Con la reducción del tiempo narrativo a tan sólo seis horas (de las 03h a las 09) sostenido por un ritmo tremendamente veloz gracias a una mecánica sintáctica y gramatical moderna y muy potente, podemos imaginar la cantidad de la adrenalina vertida en las venas de todos los personajes que pueblan el vehículo narrativo y, también, la velocidad con que circula en sus organismos. Éstos forman otra mecánica cuyo espejo extratextual es el organismo del lector. En efecto, éste se encuentra delante de una proliferación de comas en forma de barreras y de pretéritos indefinidos como anacondas. El lector de este estresante relato es, también, uno de los viajeros de dentro de este vehículo fantasma: el relato. En lo que atañe al ritmo, pues, está muy rico de dos recursos de la analepsis: el flashback y el racconto para contar hechos ocurridos en el pasado.
La historia se narra desde el punto de vista de un narrador extradiegético omnisciente, pero sin fagocitar el carácter dialógico del relato. Es un narrador en 3era persona que conoce más que los personajes. Está inmerso en sus sueños y pesadillas, conoce, incluso, sus perversiones y todo lo que ocurre en sus pensamientos y en sus fueros anímicos. Los caracteriza prosopográfica y etopéyicamente, además de por sus actuaciones y sus diálogos enriquecidos con acotaciones y monólogos que son dos técnicas teatrales. El proceso del que más se alimenta la caracterización de los personajes de este relato es, sin duda, la animalización en el cual se atribuyen y aplican una serie de rasgos o cualidades específicas de los animales a seres humanos. El objetivo de esta mera deshumanización de índole naturalista estriba en demostrar la criminalidad y la bestialidad de los personajes asesinos:”El del sombrero rellenó otro, lo bebió de golpe y aulló”, “Era un gorila de cara crispada”, “Sonríe como sonríe un gato a un ratón”, “Advirtió una nariz aguileña, la carnosidad que colgaba de la barbilla”. Otras veces, el autor recurre a los objetos para mostrar este carácter violento y amenazador dándoles un sentido alegórico como en este ejemplo “El frunció el entrecejo muy pensativo y atacó el filete con cuchillo y tenedor” que da a entender que Albert quería despedazar a su mujer Cintia como el león despedaza a una gacela con sus bien afilados fauces.
Por otra parte, los personajes centrales del relato son tres: Albert/victimario, Cintia/víctima y Karim/marioneta usada por Cintia. Sin embargo, el rasgo común entre ellos es que todos tienen un pasado negro, fóbico y traumático. Albert arrastra detrás de él un pasado macabro, lleno de crímenes, chantajes, persecuciones y fugas. Cintia sufre porque no tiene familia ni raíces. Karim sufre de un pasado cruel y trágico en el cual perdió a su mujer y a su hija en un tremendo incendio. Así que aunque el desenlace final del relato es eufórico no deja de ser un relato trágico, estresante y, sobre todo, negro.


La desenfrenada pasión venérea de Karim por la bella y rubia Cintia, le acuerda de Grace Killy; una actriz norteamericana. La alusión que el autor hace a ésta como personaje real de carne y hueso tiende a cumplir dos funciones narrativas. Primero, es una técnica para caracterizar más a su personaje ficticio Cintia, convertirla en un personaje “semireal” con atributos de un personaje real muy conocido. Son semejantes en cuanto a su belleza y su aspecto físico. Segundo, es crear una relación paratáxica entre la historia de Cintia en el relato y la historia de Margot en “El crimen era casi perfecto” (Dial M for Murder); una película realizada por Alfred Hitchcock en 1954 y cuya heroína es interpretada por Grace. Margot es una mujer cuyo marido Tony Wendice quiso matarla a través de un secuaz por su aventura amorosa con un escritor de novelas policíacas y, también, por temor a que lo abandone. Pero Margot pudo salvarse matando al ave de rapiña enviado por su esposo. Es una historia similar a la de Cintia. En la última frase del relato, el lector se da cuenta de que aquel día aciago vivido por los personajes no era otro que un viernes lo que pone de manifiesto la inspiración del autor, también, en otra película de terror. Esta vez, de Sean Sexton Cunningham: “Viernes 13” (Friday the 13th).

Este relato de Ahmed Oubali, posee un hambre voraz y se alimenta vampíricamente de cualquier género artístico a disposición sea teatral, narrativo o cinematográfico.

MUSTAPHA HANDAR.

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