El arte de mortificar al lector, según Ahmed Oubali.
Una entrevista realizada por el lingüista Azeddine Ettahri.
Con Azeddine Ettahri en la facultad de letras de Rabat donde acababa de ser laureado con título de doctor en lingüística.
ENTREVISTA EN AUDIO:
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Estoy hojeando un libro de relatos que me dedicó el autor el año pasado y al que ya consagré unos estudios críticos que se pueden consultar en la Red (1). La portada muestra algunas imágenes impresionantes: una imponente pistola, unas bragas tachadas de sangre y una serpiente agresiva; al fondo una catedral y una mezquita, símbolos de la cultura hispano marroquí. Las imágenes aluden con evidencia a un ambiente criminal, el del género negro. Abajo, mi mirada se posa en el diminuto sello de la editorial Cultiva Libros de Madrid. Arriba, un título que reza en blanco y rojo: Chivos expiatorios y otros relatos (224 páginas), además del nombre del autor en negro: Ahmed Oubali. En la cubierta hay un resumen de la obra y una reseña biográfica del autor. Se adivina que el título alude a un desarrollo narrativo escalofriante que da la sensación de que el autor pretende envolver al lector en una intriga en la que la angustia y la muerte son los principales protagonistas. El lector puede poner el título en Google o ver en el vídeo siguiente (2) una corta proyección de las escenas más relevantes.
- Buenas tardes, Ahmed Oubali, catedrático
de semiótica de textos, profesor de didáctica de idiomas, traductor, crítico
literario, autor de una cantidad asombrosa de relatos con factura de género
negro y con inimitables logros lingüísticos de maestría e ingenio. Gracias por
concederme esta entrevista. En ella le preguntaré sobre algunos de sus nuevos relatos
en los que muestra gran capacidad para urdir intrigas meticulosas y
cautivantes. Lleva escribiendo relatos
desde los años 90: ¿qué motivos particulares le indujeron a ello, profesor
Oubali?
- Buenas tardes, estimado colega. Gracias por preparar
este encuentro. Es un doble placer para mí, viniendo de un eminente lingüista
(tu título reciente de doctor lo consagra afinadamente) y de un especialista de
la literatura marroquí en español. Bueno, no tengo ninguna inclinación personal
mórbida por este género, aunque sí he vivido en un ambiente policial por haber
sido mi padre oficial de policía. También podría remontar a mi niñez y hablar del gran impacto que dejaron en mi imaginario las terribles narraciones miliunanochescas de mi abuela. Pero el motivo principal está vinculado con
la creación de la AEMLE (Asociación de escritores marroquíes en lengua
española) en Larache, fundada y presidida por nuestro querido e inolvidable Mohamed
Sibari que en paz descanse. Tratábamos al principio todos los géneros
literarios menos el negro, así que vi que tenía que colmar este vacío. Pero por
dedicarme exclusivamente a la docencia, la crítica literaria y la traducción, solo
logré publicar unos 40 relatos, primero en suplementos de periódicos y luego en
Internet. Estos relatos eran inicialmente esquemas de novelas cortas que reduje
en relatos cortos, por no haber tenido precisamente tiempo ni recursos para editarlas.
A esa contracción la llamo canibalismo textual. Por estas dos razones, no quiero considerarme escritor en el sentido
tradicional de la palabra: en mi vida la escritura no es una actividad vital ni
primordial (como lo es la lectura), sino un mero hobby, como lo son para mí el
deporte, la música, los viajes, las mujeres o el jugar al
ajedrez… En la vida, o escribes o vives…Y yo prefiero vivir.
- Pero son muchos relatos y podían haber constituido varios libros. ¿Por
qué no ha pensado en la autopublicación?
- Porque pertenecen a múltiples géneros de los cuales seleccioné
y mantuve solo los del género negro.
- Para distinguirse del grupo y colmar esa laguna, claro. Hablando del
libro que acabo de presentar, se trata
de la segunda edición, ¿no?
- En efecto. Lo presenté al principio en Sevilla (3) pero
fue en Algeciras en la Feria del Libro donde tuvo gran acogida, gracias al
apoyo de la escritora y periodista Nuria Ruiz y la presencia del señor alcalde de
la ciudad (4). La primera edición fue realizada dadivosamente por la diputación
de cultura de Cádiz.
- Aún recuerdo la famosa entrevista que concedió a Nuria Ruiz al
respecto y que podemos leer y escuchar en la Web (5). Supongo que consagra y cierra aquel histórico acontecimiento.
- Exacto. Así que hablaré aquí solo de temas no
tratados en aquélla. Contestaré exclusivamente tus preguntas sobre los 3
primeros relatos del libro que será editado próximamente bajo el título de Cuerpos baratos.
- Gracias por no repetir cosas. Aclaremos primero un punto: suele hablar
de género negro pero para la crítica se trata más bien de un subgénero,
subordinado a la novela, ¿no es así?
- Bueno, se le llamó así erróneamente. Este género
trata del mundo del crimen. Describe la maldad humana que empieza con la
aparición de la vida misma sobre la tierra. Llevamos acumulados en el
inconsciente millones de años de miedo y violencia. Matar es inherente al
hombre. No es pues de sorprender que los temas de este género describan exclusivamente
esa milenaria lucha dialéctica entre bondad y crueldad, castigo y culpa,
justicia e impunidad. La literatura trata básicamente del bien y del mal, como
sabes, luego es negra por antonomasia. Por
eso creo que este género es superior a todos los demás ya que el crimen, bajo
todas sus facetas, es el personaje principal de la historia de la humanidad…
- Gracias por esta aclaración. Para precisar ¿qué definición personal mantiene
de este género?
- Contrariamente a la novela policíaca tradicional
cuyo tema es solo resolver un enigma, este género describe el mundo del crimen insistiendo
sobre el carácter oscuro, violento y perverso de los ambientes en que
transcurre la intriga. Su objetivo principal no es pues aclarar un misterio
sino enfocar las acciones violentas y siniestras donde no hay barrera entre
buenos y malos. Son todos individuos derrotados por el destino, siempre en
busca de una libertad o felicidad imposibles de encontrar. Y la muerte termina
siempre con ellos. La muerte es la demostración de que el individuo está solo,
de que es una mera podredumbre.
- ¿Abarca toda la temática de este género o privilegia algún aspecto
particular?
- Puedo decir que donde innovo es el enfoque que doy a
la intriga: me intereso únicamente por describir la psicología de la víctima, sea
mujer u hombre, es decir, el thriller es narrado desde esta perspectiva y el
villano (asesino serial o criminal demente) es utilizado solo como instrumento causa-efecto
del crimen. Es lo que en criminología se llama victimología. Este enfoque, pienso, traduce con más contundencia el ambiente
sadomasoquista descrito.
- Nada que ver con los relatos "hard-boiled" de la Gran Depresión estadounidense, ¿no es así?
- Bueno, me inspiro mucho en la temática de este antiguo género pero lo adapto al ambiente etnográfico hispano-marroquí contemporáneo. Grosso modo, puedo decir que el hardboiled es el lado más duro y violento del relato noir. Por otra parte, el noir no implica forzosamente la presencia de un detective, la policía científica, un tribunal o una morgue.
- Nada que ver con los relatos "hard-boiled" de la Gran Depresión estadounidense, ¿no es así?
- Bueno, me inspiro mucho en la temática de este antiguo género pero lo adapto al ambiente etnográfico hispano-marroquí contemporáneo. Grosso modo, puedo decir que el hardboiled es el lado más duro y violento del relato noir. Por otra parte, el noir no implica forzosamente la presencia de un detective, la policía científica, un tribunal o una morgue.
- Lo que dice se refleja en sus relatos pues no he podido encontrar a
ningún detective principal o personaje destacable que lleve la investigación,
como suele ocurrir en las novelas tradicionales.
- La característica del relato corto es resumir la historia y mantener
la intriga principal. No hay infinitos detalles ni repetición de
acontecimientos ni personajes superfluos, plenos u omnipotentes, como suele ocurrir
en una novela de 400 ó 600 páginas. Al sintetizarse la intriga, se reducen
subsecuentemente la duración y los personajes. Hago una minuciosa limpieza en
mi relato, barriendo todo lo superfluo y purgando todo lo estereotípico de este
género para centrarme solo en la relación víctima/verdugo. Por eso en mis relatos, el azar es el
protagonista principal quien guía y mueve las intenciones de los protagonistas;
él es responsable del caos, la injusticia, la locura, la crueldad y la maldad; él
es quien orienta y burla la ley. Él es quien decide quién vive o muere, quién es
inocente o culpable.
- ¿Algunos
ejemplos de este implacable destino?
- Los temas que trato se ubican, como ya dije, en un
contexto hispano marroquí: una mujer y su amante programan asesinar al marido multimillonario;
una pareja mixta vive un desgarrador amor/odio que termina en un crimen
perfecto; una mujer logra desterrar, mediante el psicoanálisis, un pasado
macabro donde, siendo niña, asiste al asesinato de su propia madre; un
cleptómano sádico se desdobla en varios personajes para satisfacer sexualmente
a mujeres indefensas, buscando solo despojarlas de sus bienes; una mujer
intenta suicidarse tras ser violada pero el azar cambia por completo su vida; una
necrófila con demencia precoz cuya obsesión única es orinar sobre los cadáveres
de sus víctimas, convertidos en amasijos de carne sanguinolenta; una pirómana
que ejecuta sus crímenes bajo el sonambulismo; y no faltan traficantes de
droga, de blancas, de armas o de proxenetas y también algunos macabros
personajes principales no humanos como las serpientes, el sida, el diablo, el
vudú, etc. Si el
azar es el protagonista, el verdadero detective de mis relatos es finalmente el
lector mismo. Crear formas de interacción entre él y mis personajes siempre ha
sido mi intención.
- Antes de hablar de la identificación ¿cuáles son sus fuentes de
inspiración para narrar estas espeluznantes escenas?
- Los grandes autores de este género pero principalmente
E. A. Poe, su creador, quien, como se sabe, tuvo el arte de
transfigurar la vida cotidiana en una paranoia insoportable. Para Poe, los
hombres somos cruelmente tratados por el destino y la vida misma es una pesadilla
horrible. La tragedia es un atributo de la vida. El peligro, el miedo, la
injusticia y finalmente la muerte son una realidad siniestra que nos aguarda a
la vuelta de la esquina.
- Pero
además de este ambiente macabro, sé que el erotismo es un elemento clave de la
estructura narrativa de sus relatos.
- Bueno, utilizo
el exhibicionismo y el voyerismo como pretexto para enganchar al lector e
involucrarle en la trama criminal. Los tres elementos recurrentes en mis
relatos (sexo, angustia y muerte) son correlativos en la mente de la víctima y la
de su asesino. Funcionalmente, es esta relación carnal y violenta la que más interesa
al lector. En Cuerpos baratos he
llevado a sus extremos la mortificación y degradación del cuerpo de la víctima.
Daré algunos ejemplos, si quieres.
- Vale, pero
primero dígame ¿cómo construye esta relación con intención de implicar al
lector?
- Intento hacer que los ojos del lector no lean solo esas
escenas sino que las toquen. Sus ojos
se mutan en manos para dar lugar al tacto y sentir el deseo. Al mismo tiempo, quiero
que sus manos dupliquen a las de los personajes y se muten en ojos para visualizar aquellas escenas. Es lo que
se llama en psicoanálisis percepción
háptica o arte de producir contacto
físico a través de la vista y contacto visual a través del tacto. La mirada acaricia y goza y la mano ve e
imagina. Lo auditivo y olfativo también sufren
visiones hápticas. Cerrando los ojos, vemos mejor con los demás sentidos gracias
al concepto de "phantasme" (no tiene equivalente en español) que
significa visión alucinatoria o pulsión inconsciente pero real para el paciente
consumido por su deseo. El contacto sensorial virtual (besos o caricias) es más intenso. Esto crea un fuerte
vínculo entre el lector y los personajes. Diría que el lector ve la forma del texto pero toca su
contenido, lo disfruta. El placer del texto es inseparable del dolor que
produce. En Google y en el epílogo de
mi relato Las manos que ven, explicito
con más detalles este tema (6).
- Esta perversión
de la función de los sentidos es complicada ¿puede ilustrárnoslo con ejemplos?
- La protagonista del relato citado ve con sus manos y con los demás miembros de su cuerpo porque es
ciega. La única visión que tiene del mundo, incluso cuando resuelve el enigma
del crimen, es táctil, auditiva y olfativa. En mi relato Perversión Secreta (disponible también en la Web), el lector comparte este vínculo sensorial
sadomasoquista entre el deseo del asesino de violar y la repulsa de la víctima.
No lee sino que oye, olfatea y siente hápticamente
cómo el asesino, en su incapacidad de reprimir sus perversiones, secuestra a una
niña para violarla y luego asesinarla. Puede que haya lectores que estén en la
misma posición de privación sexual y de perversión criminal que el viejo Yalal,
aunque no por ello pasen al acto de matar. Estarán solo curiosos (voyerismo)
por saber cómo es violada la niña, estrangulada y al final apuñalada.
- Sé que
muchas lectoras le reprochan dar de la mujer una imagen exclusiva de un ser manipulado
sexualmente y violentado cruelmente por el hombre.
- Lo hago, en efecto,
pero solo por mor de su libertad, para darle más protagonismo en su
lucha milenaria por liberarse del yugo masculino y preservar su naturaleza
excepcional que supera a la del hombre, salvo en la fuerza física. Mi intención
es denunciar el maltrato de género que describo a todos los niveles, desde el
menosprecio y subestima que sufre la mujer, hasta la violencia física y
psicológica, con palizas, insultos y humillaciones de toda índole. Mi idea
principal es mostrar que el hombre que maltrata a una mujer es un enfermo mental,
un demente, y que, también, la mujer que aguanta esa cruel situación (por miedo
o algolagnia), no cumple con su deber y derecho de emanciparse. Me insurjo pues
contra cualquier avasallamiento, sea conyugal, cultual o político, que le
arrebate este derecho. La mujer no es ese segundo sexo que el machismo muestra injustamente
(un objeto hedónico, deleitable, artificial y maléfico), sino una persona libre
y respetable, una madre, una esposa, una fuente de amor infinito, capaz de
realizar, al igual o mejor que el hombre, grandes metas en esta vida. Para mí es un lujo amarla y respetarla.
- Esta actitud
es digna de admiración, gracias, profesor. Volviendo a la intriga ¿cómo hace para
mantenerla hasta el final?
- Utilizo el modelo actancial de Algirdas Julius Greimas. Desde
el principio expongo la idea principal (el argumento); luego complico la trama para
crear situaciones nuevas espeluznantes y al final termino con un crescendo
dramático sorprendente. El objetivo es dejar al lector sin aliento. Esto exige
un firme desarrollo de la narración y la creación de situaciones donde la escena
es tal que el lector se sentirá apremiado por la tensión hasta el final.
- Aparte de
este erotismo que llama háptico ¿con
qué otros artilugios engancha al lector?
- Son muchos. Depende del tema tratado. Doy funciones y
protagonismo a objetos insignificantes pero para mí son poderosos símbolos que
tejen relaciones asociadas con varias otras escenas. Una cama, una silla, una
llave, un cuchillo, un destornillador pueden tener funciones aterradoras. En Amor post
mortem (7), el anodino trozo de papel que cae al suelo, justo entre los
pies de la esposa infiel, su marido y su amante, despierta una extrema e
insoportable angustia en el lector porque sabe que su contenido delataría a la
mujer y decretaría su propia muerte. Me interesa mucho por último, centrarme en
las escenas no verbales, las miradas, gestos y mímicas, porque quiero que el
lector note que éstas entran en contradicción
con lo que dicen los personajes. La angustia brota fuerte cuando la mirada
denuncia y refleja lo contrario que se dice, lo no dicho premeditado, las pasiones inhibidas, lo inconsciente. Todo
esto, ubicado en lugares insólitos e inverosímiles, con descripción de cuerpos
atractivos y anhelados, vestidos caros; personajes falsos, mucho humor negro, permanente
angustia e irresistible sensualidad. Son ingredientes del género negro.
- He leído
últimamente un artículo suyo en la Web (8), donde teoriza sobre un nuevo paradigma
narrativo que llama presente isoentrópico
pulsional ¿en qué consiste exactamente?
- Con este concepto intento relacionar intrínsecamente la
escritura con las artes plásticas espacio-temporales (pintura, escultura,
música y danza), lo verbal con lo no verbal. En semiótica, lo no verbal también
constituye un texto, un tejido, un lienzo donde se disemina el sentido en tanto
como una situación cuajada, fija y que solo el lector o el espectador puede
interpretar, como estando ante una escultura o un cuadro. Este efecto, que reflejan
todas las bellas artes, lo llamo presente
isoentrópico.
- O sea, los
acontecimientos se narran inapelablemente tomando la enunciación como punto de referencia. Es
decir, los planos de la historia y los del relato coinciden en el punto cero
del presente.
- Exacto. Y me alegra ver que lo expones con tanta
precisión. En Las manos que ven especulo
sobre este presente no gramatical, que copio del psicoanálisis y reinterpreto
desde la física cuántica. Con ello me propongo incluir al lector en la historia
y hacer de él un protagonista. En mis relatos, la voz del narrador, esté
ausente o en primera o tercera persona, no es la del autor sino siempre la del lector. Porque solo hay sentido constante
cuando un yo lo interpreta. Un yo que llamo pulsional o subliminal.
- ¿Quiere
decir que sus relatos vienen a ser cuadros o secuencias cinematográficas?
- En efecto. Así, mientras que en un relato tradicional el
lector lee en pasado (en diferido) los acontecimientos narrados, en una
narración en presente pulsional, el lector es
otro actor o personaje del relato, un actante que participa en el texto en
directo, movilizando todos sus sentidos a nivel emocional y vivencial. El lector no solo lee u observa sino que se
encuentra en la escena misma del crimen, a pesar suyo. Se identifica con el
villano o el héroe. Y al participar en la intriga, sufre, goza y, en cierto
modo, muere. Porque, como ya he dicho,
su relación con el texto es subliminal.
- Muchos
críticos destacan a este nivel su estilo singular que contrasta con el de los
otros escritores del grupo, se habla de una escritura huesuda, cortante, fría, nerviosa, potente, elaborada de forma abrupta y rota, donde se sacrifica en muchos casos hasta la puntuación.¿se debe ello a esta técnica?
- Fundamentalmente. De hecho, copio teóricamente esta
técnica del concepto dual de escritura novelística versus escritura
cinematográfica que aparece a partir del año 2000. Los lenguajes verbal y
fílmico se entrecruzan para crear juegos metatextuales en la pantalla mental
del lector que, por ello, tiene la impresión de ver una película y no leer un texto.
- Se ha
notado a este nivel que usted se preocupa mucho por la teoría literaria a la
hora de elaborar cada uno de sus relatos, ¿es éste un requisito imprescindible?
- Cualquiera, sin estudios y con un poco de gramática o
periodismo, puede escribir cuentos y hasta novelas. Sin embargo, la teoría nos
muestra que esta empresa está destinada al fracaso si no se tienen en
consideración ciertas reglas, ciertos códigos y ciertos reflejos. Un escritor tiene
que diferenciar tres niveles inconfundibles en su texto: la historia (lo que
ocurrió), el relato (la gramática de esta historia) y la narración (enfoques o
perspectivas) que encuadra historia y relato. Es el primer paso en la
escritura. Luego tiene que saber que la historia no es importante ya que cualquiera
puede escribirla. El relato y la narración, en cambio, son los que constituyen
el acto de creación literaria. Y por último, tiene que aplicar al pie de la
letra esos códigos narrativos porque para elaborar un buen relato no basta
tener estudios superiores ni dominar bien una lengua. Ignorar esta verdad es
pedalear en un plato de cuscús para obtener un texto/papilla a echar a los
gatos. Es estupidizar la escritura. Hay escritores y poetas que tendrían más éxito vendiendo hortalizas, en
vez de producir textos redhibitorios. En el enlace siguiente (9) presento con
más detalles esta ineptitud.
- Gracias
por esta concisa aclaración. Hablando precisamente de códigos de misterio y
suspense, ¿hace alguna diferencia teórica entre ambos registros?
- Por supuesto. Bueno, el misterio en un thriller interesa
menos porque desvela la sorpresa solo al final de la historia. El lector se
esfuerza solo en saber quién mató a quién. Como en la novela policíaca. En cambio,
el suspense cautiva la atención y la participación del lector permanentemente, involucrándolo
en el peligro y la angustia que afectan al protagonista y también al lector. Lo
importante no es saber quién mató a quién sino mostrar la intriga criminal en
su violencia extrema, mayormente psíquica. El suspense, más que el misterio,
ilustra finalmente las raíces milenarias del malestar del hombre en el mundo.
Diría que la espera y la llegada de nuestra propia muerte no constituyen un
misterio sino un permanente suspense.
- Esto
indica que usted se inspira mucho en el psicoanálisis, ¿es gracias a ello que
logra infundir intensas emociones en el lector?
- Los humanos somos personas débiles, con nuestras propias
fobias, nuestros complejos, vicios y virtudes; somos sensibles y profundamente
emotivos. Una niñez sin afecto ni estima no puede generar una madurez feliz. El
motor que nos rige es pues la pulsión de realizar nuestros deseos más trascendentales
e íntimos. Pulsión que por desgracia entra en conflicto con la pulsión de la
muerte. Es la eterna lucha entre Eros y Tánatos. Y la literatura es el gran
laboratorio donde se describe esta lucha, desde emociones o sentimientos de
placer hasta los escalofríos más horrendos, pasando por la alegría, la
ansiedad, el vicio, hasta topar con nuestra propia muerte. En mis relatos
exploto todos estos sentimientos, exagerándolos al máximo para divertir al lector. Y al hacerlo me
sublimo describiéndolos para librarme de mis propias fobias y pesadillas. La lectura y la escritura son ante todo una extraordinaria
catarsis. Una restauración de nuestro Yo dañado.
- ¡Qué buena definición de la función de la literatura! Volviendo al
lector, dice que lo quiere divertir, sin embargo ha hablado de una inexorable interacción
sadomasoquista que acaba mortificándolo durante y después de la lectura.
- Bueno, un thriller es básicamente un manual del arte
de angustiar al lector ya que muestra una sociedad enferma y corrupta, la
maldad humana en sus extremos. Por ende, la psicopatología que utilizo para
describir el comportamiento de los personajes no deja indiferente al lector.
- ¿Cuál es entonces el origen profundo de esta maldad: el sexo insatisfecho, las frustraciones existenciales?
- No. El mecanismo primitivo que nos mueve es el miedo, en todas sus manifestaciones.
- ¿Cuál es entonces el origen profundo de esta maldad: el sexo insatisfecho, las frustraciones existenciales?
- No. El mecanismo primitivo que nos mueve es el miedo, en todas sus manifestaciones.
- Para maximizar
esta mortificación ¿qué otros trucos utiliza, además de los citados?
- La implicación del lector en la trama; su identificación
con la víctima o con el asesino y su manipulación que consiste en ocultarle
información vital, dándole pistas falsas. Me sirvo por otra parte de la elipsis
para estrujar violentamente el tiempo de la narración, de la analepsis y
prolepsis para retroceder en el pasado o anunciar futuros hechos. Con ello
puedo aflojar el tiempo de la historia o acelerarlo, para centrarme en un hecho
conmovedor y estresante. Bueno, no olvidemos que este estrés es ficticio y hay
que saborearlo con una sonrisa. De niño me aterrorizaban las películas de
terror; ya maduro, iba a verlas para desternillarme.
- Sé que
rechaza y condena el compromiso social, sin embargo se ha definido al género
negro como una crítica profunda de la sociedad y en sus relatos bulle
precisamente esa sulfurosa crítica.
- Soy visceralmente renuente a todo compromiso político
mediante la literatura porque ésta es pura ficción y con la ficción no se
construyen modelos reales de sociedad. La literatura no cambia el mundo. No es
un manifiesto ni un partido político. Es
estrafalario creer que un poeta o un cuentista puedan hacerlo. Los que lo
creen o son hipócritas y cínicos o resentidos y oportunistas. Los partidos
políticos, las ONGs y los medios de comunicación se responsabilizan por ello. Les
incumbe a ellos sacar las castañas del fuego con la mano del gato. Pero no la
literatura, que es pura fantasía. Por otra parte, hoy en día nadie puede poner
en duda el fulgurante progreso democrático que experimenta mi país a todos los
niveles. Que sea clarísimo: yo escribo para el lector que quiere divertirse y sentir
múltiples emociones, aprender giros lingüísticos, descubrir cultura y paisajes
insólitos, admirar bellos cuerpos, observar espeluznantes escenas y jugosos
diálogos, todo ello envuelto en un ambiente siniestro de extremo suspense cuyo
objetivo final es realizar la catarsis de nuestro propio ser, su purificación,
como ya he dicho. Y esta redención y
restauración solo se consigue con escribir o leer. La vida tiene un lado oscuro,
sórdido y sucio y para evitar verlo tenemos que mentimos a nosotros mismos evadiéndonos
leyendo: un bello cuerpo, una buena gastronomía, una entrañable sinfonía, una exquisita
copa de Rioja, un relato paranoico, unas rimbombantes escenas eróticas con
acciones escalofriantes es lo que describo porque sé que es lo que busca el
lector para evadirse y regenerarse gracias a la ficción. La literatura nos
solaza. El arte nos humaniza. La cultura nos separa de la bestialidad.
- ¿Será por
eso que da a su Blog el título de “Escribir es mentir”?
- ¡Ah, lo has visto! Pues sí, es cierto. El escritor
inventa cosas con palabras. Crea mundos posibles con ellas. Por eso todo es
ficción en literatura. Porque todo está en papel. Tanto los personajes como los
hechos. Un perro ni ladra ni muerde realmente
en una novela. El disparo no mata. Nadie muere realmente. En poesía ocurre lo mismo. Un poema traduce las
dolencias del poeta, sus perversiones íntimas o sus reivindicaciones políticas.
Estas elucubraciones en papel son pura ficción. No cambian en nada el mundo. Porque
en papel nadie ama ni sufre ni llora realmente.
Porque todo ocurre en la mente del lector al
leer esas ficciones de papel. Y leer
o escribir no es vivir. Las fantasías
son masturbaciones psíquicas. Para más detalles se puede consultar el
artículo que encabeza mi Blog (10). Y leer sobre todo Lector in fabula, de U. Eco.
- Gracias
por esta enmienda literaria. Dígame ¿por qué ha elegido el español, ya que usted
habla perfectamente otros idiomas?
- No elegimos una lengua. Es ella la que nos elige. En España siempre me preguntan lo mismo. En realidad la
gente confunde el relato con la historia contada y con el acto
de narrar. Sin embargo estos tres niveles son insustituibles: mis relatos están
en español pero no la historia contada. En cuanto al acto narrativo que
estructura relato e historia, lo elaboro siempre en francés. Así que esos tres
idiomas están siempre presentes en la narración y suelen transgredir y violar en
ocasiones, no la gramática, sino el registro semántico del español.
- ¿Por qué no ha solicitado la nacionalidad española, teniendo en cuenta su larga contribución a la difusión del español?
- Simplemente porque me siento cómodo y feliz con la mía.
- ¿Por qué no ha solicitado la nacionalidad española, teniendo en cuenta su larga contribución a la difusión del español?
- Simplemente porque me siento cómodo y feliz con la mía.
- Y para
terminar ¿cuál es la novela que considera “la biblia del género negro” y que nos
aconseja leer?
- Hay muchas. Para mí es sin duda "El nombre de la
rosa", de Umberto Eco. Es una verdadera antropología criminal que describe
mejor el lado negro de la existencia humana. La lucha milenaria entre el bien y
el mal. En ella, alguien asesina por defender un dogma, por muy falso que sea. Mata
en nombre de un dios, de una fe. Aquí, la muerte misma, con su terrible guadaña
y vestida de negro, es representada por un fraile. Al final se restablece la justicia
y gana la libertad a la barbarie; la sabiduría, al oscurantismo; la verdad, a
la mentira. Afortunadamente.
- Así
terminan también varios de sus relatos. He notado un irrebatible optimismo en
ellos, pese al mundo siniestro que describen. ¿No es así?
- Es verdad. Me inspiro en la paradoja del comediante de la
que habla Diderot (11). El autor, como un actor, puede interpretar diferentes
papeles sin identificarse a ninguno de ellos. Yo soy optimista por naturaleza. Llevo
una vida bien acomodada y alegre, gracias a Dios. Me siento afortunado. Ello se
refleja muy poco en mis escritos porque lo exige el género. Claro que tengo
altibajos, como todo el mundo. Por eso siempre es una suerte y un alivio que haya
en nuestra estresada vida luces y colores risueños y asequibles, aunque
efímeros. Precisa pues disfrutarlos al máximo antes de la despedida final,
nuestra propia muerte, negra por
antonomasia.
- Disfrutémoslos
con fruición, estimado profesor. Gracias, Ahmed Oubali, por este tan
instructivo encuentro y suerte y éxito por la edición y publicación de Cuerpos baratos. ¡Viva
el suspense!
- Muy agradecido por esta recepción y por el apoyo
incansable que dedicas al hispanismo marroquí. Mi enhorabuena por esta incomparable
labor literaria tuya que abarca diversas actividades culturales. La realizas con erudición, competencia y finesse. Ha sido un gran placer.
Martil, a 24 de marzo de 2017
WEBLIOGRAFÍA.
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