Hace algunos años, el escritor marroquí
en lengua española Ahmed Oubali publicaba el libro Chivos expiatorios y otros
relatos con el que había dado pie a lo que se da en llamar el "género negro" en la literatura
marroquí escrita en la lengua de Cervantes. Ni que decir tiene que este libro
obtuvo, desde su aparición, éxito y acogida grandes. Motivo: gran dosis de
intriga, asesinatos y mucho suspense. En efecto, se agotaron todos los
ejemplares de la primera edición hecha en 2009 por la Fundación Dos Orillas de
Algeciras y los de la segunda edición de la editorial madrileña, Cultiva
Libros. Lo cual es, evidentemente, una clara prueba de la calidad de los once
cuentos que componen la obra.
Convendría señalar algunos que otros
códigos relevantes del citado libro: un estilo que inspira credibilidad tanto
en la escritura narrativa como en las etapas de sus secuencias (1); un enfoque
breve en la descripción de los acontecimientos (2); una crítica social realista
donde personajes, tiempo y espacio no parecen ficticios sino reales (3); un
ambiente de suspense e intriga que impacta al lector durante toda la lectura
(4); un universo de violencia y vicios donde la angustia prevalece desde el
inicio hasta el final (5); un enlace donde es condenado el villano y triunfa el
bueno (6); una brevedad (los relatos son todos cortos) en la que todo se
condensa para provocar efectos de sorpresa.
Las historias se narran en una
atmósfera asfixiante y las temáticas tratadas, como la violencia, la muerte, la
traición, el engaño o el sexo perverso para obtener poder o dinero, se inspiran
en las bases del género negro que viene a llenar el hueco que se presentía en
las producciones literarias marroquíes en lengua española. De hecho, en Chivos
expiatorios y otros relatos son constantes los elementos de tal género que
estructuran el ritmo obsesivo de la narración, como el suspense, la angustia,
la ansiedad y la paranoia, elementos que dejan una honda impresión en el
lector. Hablamos aquí del paradigma o rasgo distintivo y constante del thriller
que implica una tensión permanente cuyo objetivo es preocupar al lector del
principio al final. De ahí que cuanto más se complica el enigma por descifrar,
más aumenta el estrés en el lector (léase por ejemplo La muerte también baila
en Málaga o Distorsión del tiempo).
Concluimos esta breve presentación, que
es un avance de un trabajo exhaustivo en preparación sobre el género negro,
diciendo que Ahmed Oubali, como fiel lector de los teóricos de este género,
sabe inspirarse en ellos a la hora de escribir tan intrigantes y suculentos
relatos, repletos de maldiciones, perversiones sexuales y crímenes casi
perfectos y con unos protagonistas que, como bien dice el autor, siempre
obsesionados por escapar de sí mismos para lograr una imposible felicidad, una
redención, un lugar lejos de la miseria y la injusticia.
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