TRADUCCIÓN DE METÁFORAS DEL MAR,
DE M. MARCHANTE ORTEGA
ANÁLISIS SEMIÓTICO DE LA OBRA
ANTES DE LA TRADUCCIÓN
COPIA DE LA PONENCIA
Presentación de Metáforas de Mar (1)
Preámbulo
Ya de entrada puedo afirmar que el poemario de Mar Marchante Ortega, sobre el amor
y sus avatares, sobre el sentido mismo de la vida, es excelente y original porque logra
alcanzar los niveles que sólo alcanzan los grandes poetas: una alta calidad en la
construcción del poemario, una concisa representación del contenido por el título, una
variada creatividad notable en cada poema y la excelente relación temática que
mantienen entre sí los elementos de cada poema.
Esto suscita más que admiración cuando se sabe que es su primer libro publicado.
Hubiese sido justo, dada la importancia del poemario, utilizar uno de los tres análisis
consagrados: el formal y estético, que interpreta la literariedad del texto; el
psicoanalítico, que analiza al autor a través del estudio de su obra; y el erudito, propio
de un acercamiento literario extenso.
Pero tratándose de una presentación sucinta, la autora comprenderá por qué me limitaré
aquí solo a un análisis semántico (pero superficial) que consiste en analizar los aspectos
del sentido y su interpretación tanto a nivel de la denotación (relación directa entre una
palabra y aquello a lo que se refiere) como al de la connotación (donde entran en juego
experiencias y valores asociados al significado).
Contenido y forma en Metáforas de Mar
Conviene antes definir el concepto paradigmático de metáfora porque es la isotopía
globalizante del poemario.
La metáfora (en griego = llevar más allá, o después de) consiste en la identificación
entre dos términos, de tal manera que para referirse a uno de ellos se nombra al otro.
Me limito a la figura retórica porque la empleada en lingüística y en el psicoanálisis nos
llevaría muy lejos.
1. Análisis del título
El título es la palabra clave de un texto porque da el tema, aunque
a veces remite a una referencia muy abstracta. Tal no es el caso aquí porque no se trata
de metáforas del mar ni sobre el mar. Se trata ni más ni menos de los avatares de la
misma vida de la narradora (no digo “autora” para evitar polémica sobre el concepto de
autobiografía en poesía), ya que se identifica o se compara con varias figuras bíblicas y
mitológicas y se diluye en numerosos fenómenos naturales y oníricos.
2. Temas y argumentos
Siendo una recopilación de poemas, es normal que haya varios temas. Todos ellos son
metáforas de uno solo, el de la vida misma en todas sus manifestaciones. Creo que sería
conciso hablar de la metaforización del Ser realizada por Mar. Una autobiografía lírica
(de la narradora) que abarca acontecimientos y vivencias desde su juventud hasta la
actualidad. Cada poema está “escrito a corazón abierto”, yo diría con el alma desnuda,
porque “todo lo regala María del Mar, todo nos lo ofrece, los ojos, la sonrisa, la sangre,
el presente, el pasado y el futuro de una manera expresa”.
3. Unidades de contenido
Aunque visiblemente los argumentos, por su estructura
compleja, dan una apariencia de descontextualización, una lectura anafórica y
2
correferencial nos muestra que enlazan las distintas unidades de contenido y las
organizan en un texto homogéneo: el de Mar en todas sus metáforas.
El poemario se organiza como una conmovedora partitura en cuatro movimientos, que
lamento resumir por causa obvia, dejando al lector varios temas a descubrir.
- Inicio: Como en el Génesis, todo empieza con el verbo (=la escritura) que se
hace carne (=la criatura) tras el acto amoroso (pág. 37): nace el pequeño David
(pág. 13). El elogio a la genitora es fundamental y fundador (pág. 25).
- Complicación: Pero pronto vienen tiempos de soledad y la narradora se siento
abandonada (39). Sólo vive de recuerdos (17, 19, 31, 35) lamentándose por esos
avatares de su vida (15); hubo momentos de infidelidad (21) y de embriaguez
(23). Luego la embargan las decepciones e intenta huir del pasado (65).
- Enredo: Entonces intenta recuperar el tiempo perdido, metaforizándolo (41),
donde el ser querido es invitado al amor (43, 53, 55, 59); momento en plasmar
sus vivencias en escritura (27) y en pintura (51).
- Desenlace: El optimismo y la esperanza asoman al horizonte (67) y la poeta
decide ofrecer al amante su cuerpo y su alma (69).
4. Análisis semántico
Se trata de analizar cada una de las unidades de contenido
citadas arriba para reformular el texto en su unidad total. Se hacen normalmente
gráficos y cuadros para clasificar dichas características semánticas, analizando adjetivos
y acotando sentidos. Como se necesitan varios folios para llevar a cabo este análisis y
por falta de espacio, citaré sólo algunos ejemplos representativos, sin presentar el
análisis sémico.
A. Descripciones físicas y psíquicas.
Descripción del acto sexual:
Tus delgados dedos en vertiginosas huellas, tu piel de tosca barba: lija gris y
negra, tus aventurados labios disfrutando mis caderas (17). Aun el caliente tacto de tus
dedos activa el sudor y mis deseos, aun tu sabrosa lengua empapa los secretos de mi
enagua (19). Enfréntate a mis besos, desata la mordaza de mi alma y desoye los
silencios. Asalta, desgarra, hiere: lucha cuerpo a cuerpo… Saquea mis reservas, asalta
mi universo, ven y quémame por dentro (43). Redúcete al espacio entre tu cuerpo y mis
besos, entre tu alma y mis manos. Deshaz el corazón: desnuda tu piel morena. Calma la
sed de mi fuego, derrama tu paz en mi guerra, quema el amor de mi pecho, rompe este
dolor de silencio y clávale… un cuchillo al miedo (53).
Descripción de la infidelidad:
Te soy infiel con la risa, mientras acaricio otro cuerpo, traicionando
recuerdos. Te soy infiel con mis manos, mientras recorro tus labios, libando otros
besos.
Te soy infiel con mis sueños, cuando regreso a otro tiempo buscando momentos. Te soy
infiel con mis ojos, cuando desnudo otro pecho, amando el deseo (21).
B. Comparaciones y contraposiciones.
Intermitencia polisémica de la paradoja.
Ojalá que el silencio no me grite a voces tu nombre. Ojalá que mi verano no
fuese tu otoño enajenado. Ojalá tu sonrisa no fuese mi llanto (15).
Aun cuando te vas que no te has ido. Aun cuando te marchas pero te quedas (17).
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Dánae espera, entre gritos y sombras… espera sin esperanza. El tren que
pasó, la oportunidad que perdió… Cuántas tardes dormida, sueña despierta… (33)
Frías falacias tus caricias; metal amargo tus besos; piel derretida mi cuerpo. Este
volver a volver, este quiero y no puedo, este desgarro certero: se me acaba la sed (65).
C. Reflexión filosófica en el poemario.
D. Hacia una interpretación semiótica del poemario.
(Expondré estos dos componentes en otra ocasión)
Conclusión
El tono general del presente poemario es elegíaco.
Elegía viene a ser el canto de todo aquello que se pierde: amor, tiempo pasado, la vida
misma, la salud, los amigos, la familia, la juventud, la felicidad, etc.
La nostalgia implica melancolía. Y ésta, semiotiza la esencia del ser, su obsolescencia,
como bien lo describe la autora.
Metáforas de Mar es por tanto un fragmento de autobiografía valorativa en la que la
manifestación del Yo canta el lamento por la pérdida irrecuperable de la felicidad.
No obstante el poemario, que aquí no puedo explicar en su merecida perspectiva, está
repleto de momentos deleitables, de nostalgia, optimismo y esperanza.
En el canto que nos brinda Mar hay en efecto infinitos instantes de placidez, hondo
contenido filosófico que nos invita a la contemplación del Ser para ser más humanos,
demasiado humanos de lo que somos.
De allí esa contagiosa y duradera emoción que nos embarga leyendo a Mar (que es
también mar, un mar de metáforas, un océano de amor, porque “amar” con metáforas es
sentir la vida en su suprema desnudez).
La autora, en definitiva, logra hacer, jugando a la intertextualidad, que la pesadez de
nuestro ser se nos haga más soportable, que Eros y Tánatos se nos muestren más
reconciliados, que Dánae esté saciada y Penélope, satisfecha, que el tiempo mismo se
detenga para contemplar, alocado y abrumado, su propia fugacidad, su propio fluir,
ambos insensatos e inútiles.
En el poemario de Mar, asistimos, como ya dije, a la obsolescencia del ser: los propios
cuerpos de los amantes y sus posesiones más íntimas, como los pensamientos, los
sentimientos, las emociones, los bienes materiales, todo lo disuelve este inexorable fluir
en sufrimiento, en espera, en ruptura con el Yo y las cosas y lo que realmente
permanece es el eco de un beso, una caricia, un recuerdo, un rostro, un suspiro, una
sonrisa, la nostalgia de algo que tuvimos y al que ya no tenemos acceso.
Sólo quedan efectos (aunque también fugaces) de lo que fue, es decir metáforas, tal y
como lo narra magistralmente Mar.
(1) METÁFORAS DE MAR, Mar Marchante Ortega, Ediciones El Boletín.
Puerto de Santa María, Cádiz. Abril de 2013.
Por Ahmed Oubali.
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