DIFERENCIA ENTRE HORROR Y TERROR
Creo que son sinónimo de miedo, pavor o espanto. Y la
diferencia es solo gramatical: El verbo horrorizar
tiene una forma reflexiva que no tiene el terror. Ésta es horrorizarse. Lo cual quiere decir que se horroriza uno mismo. En
efecto, con el terror no existen las formas reflexivas de aterrorizarse, porque es siempre otro el que produce el terror,, y uno el que lo padece. No se dice
“yo me aterrorizo”, sino “me aterra tal cosa”. Buscando precisiones creo que el
HORROR es la sensación de repugnancia que usualmente ocurre después de que algo que causa miedo se
ha visto, escuchado o experimentado de alguna forma. Es el sentimiento que a
uno le da tras llegar a una desagradable realización o revelación. Mientras que
el TERROR es descrito como el sentimiento de miedo que precede una experiencia horripilante. En otras palabras, el horror
está más relacionado con un estado de shock (estar horrorizado) mientras que el
terror se relaciona con la ansiedad o el temor (estar aterrado).
Lean mi microrrelato siguiente, como ejemplo, y vean la diferencia entre
ambos conceptos:
Metempsicosis.
Me
despierto, tras una apacible siesta, para prepararme a entrar en el salón donde
todos me esperan para festejar mi cumpleaños. Estoy feliz con mis 30
primaveras. Me despierto pero antes de abrir los ojos siento que finas manos me
están acariciando el rostro…Se deslizan por el cuello…como si quisieran cogerme
y besarme… ¡Qué placer! Abro los ojos para compartir los mimos de mi mujer… ¿Mi
mujer? No, no es mi mujer…Es, es…soy yo pero con 100 años…Me reconozco en el
viejo senil… ¡Qué horror! Intento apartarlo con violencia pero curiosamente él
es más fuerte que yo… Quiere besarme para chuparme mi juventud y apropiarse de
mi alma… Leí algo antes sobre transmigración, metensomatosis, palingenesia y
arqueosofía pero creí que estos fenómenos sólo se dan el cine o en los libros…
¡Oh, no! En el intento de liberarme le arranco la piel de la cara que se me
pega en las manos como un chicle asqueroso…Me moviliza con sus manos férreas,
me asfixia, gimo, lanzo un alarido de dolor, grito, pido socorro…Luego ambos
caemos al suelo donde iniciamos una lid bestial… Mi mujer, atraída por los
rugidos, sale del salón y se acerca…Me ve…No, ve al viejo en que me acabo de
transformar. Abre la boca para gritar y sus ojos son como platos… “Cariño, soy
yo, tu marido”, le digo cogiéndola en mis brazos para besarla, la piel
desprendiéndose de mi rostro… Aterrada y enloquecida, lanza agudos alaridos de
terror, queriendo liberarse del beso…Alarmados, los invitados salen del salón y
ven... ¿Qué ven? Ven…ven horrorizados que el viejo vampiro (es decir, yo) está
succionando la sangre del cuello de su mujer…Él alza la vista y los ve, los
mira también…Bueno, los miro. Me levanto y... antes de atacarles, observo mi
cuerpo…que ahora es el de un lobo… ¡Oh! Mis uñas y mis dientes se alargan…Uñas
como bisturís y dientes como destornilladores…Los huéspedes muestran miradas
horripilantes, buscan salida, pero sé que no tienen escapatoria porque soy más
veloz que el relámpago…Entonces empiezo a acuchillarlos a todos, jóvenes,
viejos, mujeres…
La casa,
vista desde fuera, parece una bestia herida, lanzando horrendos chillidos,
espeluznantes aullidos…agonizando, sangrando…
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